¿Cuántas veces no hemos escuchado que las mujeres tenemos privilegios y que, además, tenemos más que los hombres?
El privilegio es un derecho, ventaja o beneficio que favorece sistemáticamente a un grupo de personas muy específicas que comparten una característica particular. En el contexto de género, la sociedad ha otorgado a los hombres más ventajas evidentes: salarios más altos, mejores expectativas de carrera, mayor control sobre su cuerpo, por mencionar algunos.
Cuando la gente habla de «el privilegio femenino», más bien se refieren a una circunstancia en donde los hombres no son los beneficiados. Por ejemplo: el hecho de que la sociedad espere que los hombres provean a la familia y no lloren en público no es indicador de que las mujeres tengamos un privilegio, puesto que no nos estamos beneficiando inherentemente de la desventaja de los hombres. Entonces, los «privilegios» de las mujeres se expresan en un sector más pequeño, privado y doméstico, y no representan ventajas que tengamos naturalmente dentro del sistema.
Recordemos que el privilegio existe en muchos otros contextos. El privilegio cisgénero, por ejemplo, existe para las mujeres que veremos en esta serie, por lo que únicamente se pretende desmitificar «los privilegios» de mujeres en comparación con su contraparte: los hombres cisgénero.
Fuente: 7 Reasons People Argue That Female Privilege Exists — And Why They’re Mistaken, Nikita Redkar, Everyday Feminism.
https://www.vice.com/es_mx/article/9k558d/el-privilegio-femenino-no-existe-siete-desmitificaciones