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Ser mujer y sobrevivir en Ecatepec, el municipio con mayor percepción de inseguridad en el país

by adminj85jshgn 29 julio, 2019 0 comment

Para las mujeres que viajan en transporte público en el Estado de México uno de los secretos para no ser atacadas es “saber leer a los hombres”. Ana Contreras y Alejandra González creen que así se salvaron de un posible ataque cuando decidieron bajarse abruptamente de una furgoneta porque sintieron peligro inminente por un hombre que se encontraba frente a ellas.

“El peligro estaba en la insistencia de su mirada, en su estado alterado. Por su aspecto sabíamos que no tenía un trabajo digno”, cuenta Alejandra González, estudiante de Criminalística, sobre aquel día en que se bajaron de la unidad de transporte para evitar ser atacadas.

Ambas son del Estado de México, la entidad con más denuncias de delitos en 2019, y estudian en Ecatepec, el municipio donde el 97.4% de las personas considera que vivir ahí es inseguro, según la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Pública (ENSU) publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Según la encuesta, le siguen los municipios de Coatzacoalcos, Veracruz (94.3%); Naucalpan, también del Estado de México (94 5%); Villahermosa, Tabasco (92.4%) y Tapachula, Chiapas (92.3%). La media nacional arrojada por la ENSU es de 73.9%.

El hecho de que la persona de la que huyeron tuviera pinta de “no tener trabajo digno” no implica que sea un delincuente —dice Ana Contreras—, lo que sucede es que hay varias circunstancias que dan forma a ese personaje que les causó miedo.

“Aquí solo hay trabajos mal pagados. Nos enseñan a trabajar 12 horas y ganar lo mínimo, hay bajas oportunidades de estudio, hay muy pocos lugares de cultura pero hay muchos antros de mala muerte, nadie nos exhorta a leer, aquí hay mínimas posibilidades de estudio”.

Es así como las personas llegan a delinquir: en la precariedad y sin educación, según la percepción de ambas estudiantes. Y en la mente de Ana hay una inmensidad de personas “allá abajo” sin poder tener una vida digna.

Cuando se le pregunta por qué ella se esfuerza por estudiar, responde que por la misma razón que las hizo bajar de la furgoneta: “Por miedo a estar allá abajo”.

La encuesta del INEGI destacó que el miedo a la inseguridad sigue siendo mayor en las mujeres (78.7% de las encuestadas dijeron sentirse inseguras) que en los hombres (68.2%), y también que los delitos en el transporte urbano son una constante desde el 2018.

El primer semestre de ese año, el 17.3% de los hogares de municipios encuestados reportaron que al menos uno de sus integrantes fue víctima de un ilícito en ese contexto. En el segundo semestre la cifra decreció al 15.8% y en el primer semestre de 2019 el número fue de 15.3%.

Es una realidad que se traslada a Ecatepec, donde también está la señora Gloria, quien pide no publicar su nombre real, una mujer de la tercera edad que llegó hace cuatro décadas al municipio. Hubo un tiempo largo en que ella se sintió libre para moverse sin miedo, fundó una familia y tuvo una vida con la cual se siente satisfecha.

Ahora no sale de noche y cuando viaja en transporte público, lleva los 10 pesos de su pasaje en la mano listos para dárselos a quien entre a robar a los usuarios.

También está Karina, una chica de pocas palabras comerciante de un tianguis, quien viaja todos los días en furgonetas de transporte público resignada a que en cualquier momento puede ser atacada.

Ana y Alejandra saben que un asalto en el que les roben el dinero sería el menos malo de los escenarios en caso de un ataque. Ellas afirman que viven en un contexto de violencia de género y no recuerdan haber sabido de algún crimen cometido contra mujeres que haya sido resuelto por la justicia.

Hay una atmósfera diferente en las unidades de transporte público de Ecatepec, varias tienen rejas que aíslan a los conductores de los pasajeros y cuando se suben los vendedores, la tensión se hace presente.

Durante un recorrido realizado por Animal Político, una joven subió y dijo: “No vengo a robar, vengo a pedir su apoyo”, con lo cual la mayoría de los pasajeros le dio alguna moneda y no hubo problema.

El Estado de México es la entidad más poblada del país y también la que registró mayor número de denuncias, con 159 635 delitos. En segundo lugar está la Ciudad de México con 123 mil 404, de acuerdo con cifras publicadas este mes por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Por otro lado, en el país la cifra de feminicidios ascendió de 411 en 2015 a 894 en 2018, según el SESNSP. Este año van 369 casos entre enero y mayo. De esta cifra, el Estado de México es el segundo lugar con 38 asesinatos. Veracruz es el primero con 76; el Edomex tiene una incidencia de 0.42 feminicidios por cada 100 mil habitantes, cifra que lo pone en el lugar 16.

En 2018, la entidad ocupó el primer lugar de casos con un total de 106 y Ecatepec fue el municipio que registró más sucesos, con 14. Este año, la cifra es de dos feminicidios y parece que no alcanzará el número del año pasado, pero la percepción de inseguridad no se borra en un año.

Ana y Alejandra viven en ese contexto y esperan graduarse de criminalistas. Por la formación que están adquiriendo, tienen el privilegio y la carga de reconocer todas las señales de alerta que se encienden a su alrededor.

Un foco rojo es “el morbo” varonil que las rodea y la certeza de que no podrían acudir a la policía en un caso de emergencia. Ambas tienen medidas de seguridad adquiridas, y no es que se hayan puesto a diseñar un protocolo, es que la calle las ha moldeado para sobrevivir.

Insisten en que el origen de los crímenes contra las mujeres está en “el morbo”. En su mundo ideal “deberíamos poder salir a caminar desnudas y nadie tendría por qué matarnos”. Pero en el mundo real, en Ecatepec “hay que saber a qué hora sales, hay que saber con quién te juntas, no hay que salir tarde y hay que saber leer a la gente”.

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