Nirvana, víctima de violencia, narra el ataque que sufrió por parte de su pareja, quien la apuñaló en la cara y un ojo. Hoy, la joven madre de dos menores de edad exige justicia y que su agresor sea detenido: “Quedé lastimada por este hombre que quería dañarme por sus celos, quería que yo no anduviera con nadie más o que no me hicieran caso”.
Nirvana Hermosillo García sólo sintió la sangre que escurría por su cara y cómo su ojo “se salía” mientras era apuñalada y brutalmente golpeada por su pareja en las calles de la Alcaldía de Azcapotzalco, Ciudad de México, la noche del 17 de mayo de 2013. El ataque hasta la fecha sigue impune: mientras ella vive escondida y con miedo, su agresor continúa libre.
Nirvana tenía 27 años de edad cuando fue agredida por su novio, con quien llevaba nueve años de relación. Los daños del último ataque han sido permanentes: no tiene movilidad en el ojo derecho y está a punto de perder la vista en el mismo. Además, las secuelas le han generado mayor dificultad para conseguir empleo, así como una lista de gastos médicos y operaciones necesarias que no puede cubrir.
La joven destacó que la desinformación, la mala atención, el poco apoyo y la escasa orientación legal de las autoridades a víctimas de violencia son factores que arrastran a muchas mujeres violentadas –como fue su caso– a que se desalienten para seguir un proceso penal o que crean que no hay opciones, rutas, facilidades y que solo pueden obtener justicia con abogados particulares que realicen los trámites necesarios.
“Eso es lo que ocurrió conmigo, no sabía qué hacer porque no tenía y no tengo para pagar un abogado. [Por desinformación] yo sentí que ya no se podía hacer más”, comentó la joven.
Sin embargo, hoy Nirvana busca retomar su caso con la esperanza de acceder a la justicia: castigo a su agresor y una reparación del daño.
LA RELACIÓN CON SU AGRESOR
Nirvana platicó que la violencia fue gradual: primero era psicológica, luego el hombre tenía cambios de humor constantes, se enojaba con ella de manera recurrente, la hacía sentir culpable, y después era muy agresivo.
La víctima comenzó a alegarse de su familia, de amistades y era poco sociable en su trabajo, “para no sentirme que él me estaba vigilando y viendo”.
El novio de Nirvana –de quien la víctima omitió su identidad- era un hombre extremadamente celoso. La pareja discutía frecuentemente porque él la acusaba de engañarlo.
“Siempre peleábamos porque decía que yo lo engañaba, que andaba con alguien más y yo le decía que no”, rememoró la entrevistada.
Nirvana procuraba no acercarse a hombres y otras personas por el miedo que le tenía a su novio y el control psicológico que él ejercía sobre ella. “Era tanto el control y siempre me decía que yo lo engañaba”.
EL ATAQUE
Nirvana laboraba en una fábrica en el año 2013. La noche del 17 de mayo, su pareja acudió al trabajo para “recogerla” y vigilarla durante el trayecto a casa, como usualmente hacía.
Ambos caminaban por calles de Azcapotzalco y empezaron a discutir, pero cuando llegaron a un lugar oscuro, al lado de un tráiler, el hombre se paró frente a la joven y la atacó.
“Sin más ni menos empezó a golpearme, yo nunca vi que traía en la mano, pero traía algo que me cortaba la cara, entonces yo sentí cómo me escurría la sangre. Yo le gritaba: ‘No, ya déjame’, pero no paraba, sentía cómo me golpeaba en la cara y el ojo; fue cuando me cortó y sentí que mi ojo se salía. Lo agarre con mi mano”, narró.
Nirvana, con las manos en la cara, se escabulló por debajo del tráiler y gritó por ayuda. Dos personas apoyaron a la chica: pidieron una ambulancia y llamaron a la policía.
La víctima se sentó en la banqueta y cubría su rostro mientras esperaba el arribo de las unidades. “Me sostenía el ojo porque sentía que me salía, sentía una presión muy fuerte de cómo me dolía, como me escurría la sangre. Parecía una película de terror porque estaba toda ensangrentada”, detalló.
Nirvana tenía cortes en diversas partes de la cara, cuello y oído. Una ambulancia la trasladó al hospital Magdalena Salinas, donde le dieron atención médica y le levantaron una declaración.
“Ahí estaba yo, lastimada por este hombre que quería dañarme con sus celos para que yo no anduviera con nadie más o que no me hicieran caso, yo creo que ese era su objetivo de lastimarme”, dijo.
El agresor de Nirvana no fue detenido y ella desconoce cuál es el estado actual de su carpeta de investigación, o si existe una carpeta.
“Él sigue libre, no sé dónde está. Tuve que irme de la casa de mis abuelos, irme a otro lugar para resguardarme y que no me haga daño porque tengo temor a que quiera volverme a lastimar”, comentó.
FALTA DE INVESTIGACIÓN
Nirvana recordó que durante su hospitalización le tomaron la declaración y le dijeron que iba a quedar asentada en una denuncia, pero no le dieron mayor información ni le explicaron dónde podía a ir a solicitar el número de expediente. La víctima consideraba que con esa declaración y denuncia las autoridades iban a actuar, “pero ellos [las autoridades] se quedan con la confianza, prejuzgan y creen que uno va a regresar con la pareja y no le dan seguimiento”, destacó.
Cuando Nirvana fue dada de alta acudió al hospital y a una agencia del MP para preguntar por su denuncia, los servidores públicos le manifestaron que debía acudir para realizar más diligencias.
La entrevistada también comentó que visitó el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), “pero nada más me daban pláticas; también fui al CAVI [Centro de Apoyo a la Violencia Intrafamiliar], ahí me dieron apoyo psicológico, fue lo único, pero no asesoría legal ni dónde podría conseguirla”.
Por desconocimiento y sin ser asesorada en las instituciones donde pidió ayuda, Nirvana pensó que para seguir con su denuncia debía conseguir y pagar un abogado. Sin recursos, con miedo, con gastos médicos y buscar un sustento para sus hijos, la joven desistió en ese entonces.
“Por falta de dinero y porque creí que necesitaba un abogado para asesorarme pensé que ya no podía hacer más”, aseguró la entrevistada.
Nirvana conoció recientemente a otras víctimas de ataques violentos, entre ellas, mujeres quemadas con ácido por sus ex parejas, que luchan y buscan justicia. Ahora, la joven de 32 años busca retomar su caso, apoyo legal y acceso a la justicia, principalmente que su agresor sea castigado y la reparación del daño.
LA PROTECCIÓN A VÍCTIMAS
Nelly Montealegre Díaz, subprocuradora de Atención a Víctimas del Delito de la Procuraduría General de la Ciudad de México, reconoció que uno de los principales retos para la nueva administración es mejorar el desempeño de los servicios públicos de la Procuraduría capitalina, principalmente en la atención a los usuarios.
“Sí hay un tema importante que atender: de corrupción, de impunidad, de servidores públicos que hay que identificar e ir migrando el modelo que se venía llevando de atención [a las víctimas]; pero también hay mucho servidor público que está en la misma dinámica de la Procuradora [Ernestina Godoy], de trabajar, de sí hacer lo que corresponde y asumir el roll”, dijo la funcionaria en entrevista con Sin embargo.
La Procuradora de Justicia de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, ha denunciado en diversas ocasiones que encontró una Procuraduría que había abandonado a la ciudad en materia de seguridad y las víctimas. Godoy también ha declarado que una de las principales causas por las que no se hacía el trabajo, no era por falta de recursos humanos y materiales sino por falta de voluntad.
Nelly Montealegre reiteró el argumento de Godoy y destacó que uno de los ejes centrales que impulsa la nueva titular de la Procuraduría es tratar de recuperar la confianza de la ciudadanía mejorando el desempeño de la dependencia y la atención a los usuarios.
Las fallas en la atención a usuarios –agregó la funcionaria– es porque los operadores de justicia no aplicaban los métodos y protocolos correctos: “Ahí nos dimos cuenta de que podíamos mejorar con el mismo personal, con las mismas áreas y lo que estaba pasando es que no se implementaban los modelos de atención adecuados”.
Montealegre Díaz sostuvo que sólo con la aplicación de los modelos de atención, la metodología y una estrategia ya se han obtenido resultados en las cifras de trámites realizados en Centros de Justicia para las Mujeres (CJM), durante los primeros cien días de Gobierno.
Las medidas de protección tramitadas por mujeres víctimas de violencia aumentaron 210.94 por ciento y el número de canalizaciones de usuarias a casas de emergencia y/o refugios crecieron 103.70 por ciento entre el 5 de diciembre de 2018 al 15 de marzo de 2019 –los primeros cien días del Gobierno de Claudia Sheinbaum–, en comparación con el mismo periodo, de 5 de diciembre de 2017 a 15 de marzo de 2018, correspondiente al sexenio anterior.
El número de carpetas de investigación iniciadas en los CJM subió 70. 10 por ciento, al pasar de 455 carpetas en el periodo del 5 diciembre 2017 a marzo 2018 [sexenio de Mancera], a 774 carpetas iniciadas en diciembre 2018 a marzo 2019 [primeros cien días de Sheinbaum].
Las asesorías para medidas de protección tuvieron un alza de 82.56 por ciento, al pasar de 780 a 1 mil 424 asesorías.
“Con el mismo personal hemos tenido mejorías del 155 por ciento, del 373 por ciento en resultados […] y no estamos poniendo otro componente más que mejorar la atención, es decir, con los mismos elementos trabajamos en mayores esquemas de protección”, puntualizó.