Las maestras están tan expuestas al acoso como las alumnas. El acoso es diferente pero, tal vez, más doloroso pues logran ver cómo se normaliza la violencia en niños de 14 años. Ese fue el caso de una maestra que denunció en Twitter el acoso que recibió por parte de sus alumnos.
En Twitter, ella publicó la imagen que le tomaron –en la que se alcanza a ver su sostén– y, también, una captura de pantalla del chat de los alumnos. Un chat que, aparentemente, utilizan para pasarse “packs” de sus compañeras. En éste se leían comentarios como “me derrito”. Todo porque la maestra se agachó para explicar un problema.
Sin embargo, la maestra asegura que no existen protocolo de atención, que no pasó nada. Lo único que podría hacer sería suspender a sus alumnos. ¿Cómo enseñarles sobre la violencia ejercida contra la mujer, cuando ella misma está pasando por esa situación?
La maestra explica: “Los niños tienen 14 años y ya son todos unos agresores. Actúan con violencia de la misma forma que un adulto. Esos niños se convertirán en hombres y son potenciales violadores y feminicidas”.
Al reportarlo en la escuela, otra de las docentes le comentó que eso es algo que pasa por su “manera de vestir juvenil” y porque es “guapa”. Sin embargo, la peor victimización vino de las redes sociales.
Aunque otra maestra le recomendó insistir en el buzón escolar SEP para que una experta pudiera hablarles a los niños de violencia de género, también comentó que, en su caso, el problema se quedó en un expediente.
Otras personas la culparon por “enseñar el pellejo” y por “andar de calienta huevos”. Peor aún, otros usuarios comenzaron a analizar sus demás publicaciones, porque si se viste “provocadora” en su foto de perfil, “seguramente es así constantemente”. Algunos, incluso, justificaron la agresión pues se trata de “niños”. ¿Entonces a partir de cuándo se pude exigir que se respete a la mujer?
Debido al acoso que comenzó a sufrir en redes sociales, la maestra no sólo borró su tuit, sino que eliminó su cuenta de Twitter por completo. Su victimización fue doble, primero en el ámbito escolar y luego en redes sociales.