Luego de haber iniciado una denuncia interna por violencia laboral en su área de trabajo, Elvia Álvarez Marín denunció que el departamento de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) donde trabajaba decidió no renovarle más su contrato. Ella percibe este despido injustificado como una represalia, lo cual parece convertirse en una constante en la SRE.
Previamente, Elvia Álvarez ya había narrado la violencia que recibía mientras fungía como jefa de departamento del Área de Política de Igualdad de Género. De acuerdo con su testimonio, la titular del área citada arriba— la agredió verbalmente en diversas ocasiones e incluso la amenazó con solicitar la no renovación de su contrato de trabajo.
Esta situación llevó a Álvarez Marín a buscar apoyo del Órgano Interno de Control (OIC) y del Comité de Ética de la SRE en febrero de este 2023. Entre otros puntos, pidió medidas de protección como un cambio de área de trabajo. El proceso de denuncia interna sigue en curso, pero, mientras tanto, la coordinación de Recursos Humanos ya le notificó a Elvia que no renovará su contrato laboral.
No le ofrecieron ninguna explicación acerca de su despido. Sin embargo, desde las semanas anteriores había comenzado a sentirse excluida en el trabajo. Cuenta que esto sucedió después de que una persona nueva entrara al área donde laboraba. Tras este nuevo ingreso, había días en los que a Elvia no se le asignaba ninguna tarea o no se le convocaba a ningún evento. Además, la funcionaria señalada dejó de dirigirse a ella personalmente.
De fondo, en este caso de presunta violencia laboral se encuentra una estructura de subcontratación bajo la que funcionan varias dependencias del Gobierno de México. Dicha estructura no solo vulnera los derechos de las y los trabajadores: también permite que haya ejercicios de poder y violencia donde las únicas personas protegidas son las y los agresores.
El modelo de subcontratación de la SRE
Antes de su despido, Elvia llevaba siete años trabajando en el Área de Política de Igualdad de Género. Desde que ingresó estaba contratada como prestadora de servicios profesionales, pero a partir del 1 de enero de 2022, cambiaron su contrato por otro, también de carácter eventual, que debía ser renovado cada tres meses.
Este contrato respetaba algunas prestaciones laborales como el seguro médico, pero dejaba fuera otros temas como los días de descanso, los cuales debían ser tratados directamente con él o la titular del área. Debido a ello, Elvia tenía que negociar estos días en medio de un clima de hostigamiento laboral cuando Flor Ramírez Godínez llegó a Política de Igualdad de Género.
Desde 2015, varios trabajadores de la SRE han denunciado estos modos de contratación por la situación de vulnerabilidad a la que quedan expuestos. En Estados Unidos, por ejemplo, a Virginia Solís Tepayol (exempleada del Consulado General de México en San Francisco, California) también se le negó la renovación de su contrato luego de que se quejara por la falta de coordinación en su área de trabajo.
Este despido se dio aún cuando el consulado sabía que Virginia atravesaba por un momento complicado tras haber sido agredida sexualmente. Y, al igual que en el caso de Elvia, antes de que la despidieran, Virginia también estuvo expuesta a hostigamiento laboral.
Elvia expresó que, aquí en México, su caso no es el único: afirma que hay otras compañeras suyas a quienes también se les ha sometido a hostigamiento y violencia laboral. Desde su perspectiva, la frecuencia de este tipo de agresiones tiene que ver con las relaciones de poder que operan dentro de la cancillería encabezada por Marcelo Ebrard Casaubon.
Elvia Álvarez planea continuar su proceso con el Comité de Ética y el OIC, a quienes ya informó sobre su despido. Espera que, contrario a lo que ha sucedido con el caso de Virginia Solís, pueda obtener una respuesta positiva.
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