Sus hijos no aceptan la versión de las autoridades, aseguran que hay pruebas suficientes para tipificar la muerte de su madre como un feminicidio
En febrero de 2020, la familia de Verónica Monroy, una mujer de 48 años y dos hijos, se reunió para celebrar el Día de la Candelaria sin saber que esa sería la última vez que estarían juntos, días después, su familia la encontraría sin vida en su propia casa.
“Nos reunimos en casa de una tía […] Nosotros vimos todo aparentemente bien, pero sí había tenido algunos cambios en su comportamiento”, señaló Minely, hija de Verónica Monroy.
En el recuento de lo sucedido, su hija Minely recuerda que a los pocos días de esa última reunión, Verónica dejó de contestar llamadas y mensajes, como no era algo común en ella, la falta de comunicación causó extrañeza en su familia pero decidieron esperar.
Pasó el tiempo y no había rastro de Verónica, la preocupación aumentó por lo que su hija no esperó más y alertó a sus familiares.
“No contestó llamadas, ni mensajes; eso ya fue alarmante”.
Decidieron trasladarse desde la Ciudad de México para verla, a la unidad habitacional donde vivía su madre en Tecámac; Minely recuerda que era domingo, por lo que esperaba encontrarla en su casa; sin embargo, al llegar, el escenario fue desgarrador.
Antes de entrar a la casa, todo parecía normal, sin embargo al ingresar se encontraron con el cuerpo de su madre a media sala, tirado boca abajo. En la cocina, las llaves del gas estaban abiertas, en la mesa del centro algunas pastillas y basura por todas partes, además de algunos golpes en las paredes.
Para Minely y su hermano, el recuerdo de ese escenario es sumamente doloroso y aterrador, pero es la principal prueba de que la muerte de su madre se trató de un feminicidio.
Tras la muerte de Verónica, su familia descubrió, por los mensajes de su celular, que la mujer era víctima de violencia doméstica por parte de su pareja, quien durante toda su relación evitaba convivir con ellos.
“Se da un distanciamiento entre ella y yo; yo vivía con ella y me salí de su casa por él”, comparte Minely.
Por su parte, el hombre con quien Verónica mantenía una relación, aseguró en sus declaraciones ante las autoridades que él no se encontraba en el lugar de los hechos, por lo que se deslindó de lo sucedido. Sin embargo, no es el único sospechoso en el caso.
Un vecino de la misma unidad donde vivía Verónica, quien ya tenía antecedentes de conflictos, según narra Minely, también fue citado a declarar.
La joven explica que se trata de una persona conflictiva, con la que ya había tenido un altercado debido a que acosaba a su madre y la hostigaba para aceptar tener una relación amorosa con él, y tras ponerle un alto empezó a amedrentarlas.
Además, a este sujeto se le solicitó su cooperación con las imágenes de sus cámaras de seguridad, pero se negó a entregarlas a la familia de Verónica, solamente colaboró hasta que fue a petición de las autoridades.
“A pesar de que están los antecedentes […] como tal algo que diga ‘fue él’, pues no”.
Sus hijos gritan: “No fue suicidio, fue un feminicidio”
Tras el inicio de las investigaciones, las autoridades informaron que el resultado de la necropsia era intoxicación por monóxido de carbono, pero los familiares de Verónica aseguran que hay pruebas suficientes para reclasificar el caso como feminicidio.
Explican que hay huellas de violencia en la víctima que no se pueden explicar como un suicidio, además de la escena donde fue encontrada, asimismo señalan a quienes podrían ser sospechosos y acusan a las autoridades locales por negligencia.
“Para nosotros desde el inicio todo fue muy turbio”.
Estas no son las únicas inconsistencias que denuncia del caso. Los hijos de Verónica recibieron un trato descortés por parte de las autoridades, al punto que hasta la fecha dudan que se haya realizado una necropsia por lo rápido que les entregaron el cuerpo.
Y afirman que las autoridades intentaron dar “carpetazo” al caso, al asegurar que Verónica se había suicidado por el simple hecho de encontrar medicamentos en la mesa de centro de su casa y sin haber iniciado las investigaciones.
“La Fiscalía se está agarrando de ahí. De los medicamentos, del gas».
Por este motivo, a más de dos años del feminicidio, el caso continúa sin avanzar. Pese a las constantes reuniones de los familiares de Verónica con las autoridades, no notan un avance en la búsqueda de un sospechoso, ni pruebas contundentes que sustenten la versión de un suicidio.
Además, desde el inicio de los peritajes, se informó que no se aplicaron los protocolos obligatorios cuando se trata de la muerte violenta de mujeres.
Entre los pocos avances que se han podido lograr hasta el momento, gracias a las protestas y la presión de los familiares, es que el caso sea investigado como homicidio, sin embargo no es suficiente para cerrar el caso, ya que sus hijos insisten en que sea investigado y tratado como un feminicidio.
“Ya hemos tenido reuniones con el fiscal general, quedan muchos puntos pero, ¿hasta ahorita qué se ha hecho?”.
En febrero del 2022, Minely y su hermano consiguieron que la carpeta fuera atraída por la Fiscalía Especializada de Feminicidios del Edomex, ubicada en Barrientos, Tlalnepantla. Y aunque es una pequeña victoria, no se ha logrado reclasificar el delito y la dependencia responsabiliza de la falta de justicia a las autoridades de Tecámac.
¿Qué pasa con las víctimas indirectas?
En el caso de Verónica Monroy, sus hijos fueron los principales afectados. Minely ha compartido lo doloroso que es vivir un duelo por un feminicidio, el cual se vive a la par del proceso legal, que en éste y muchos casos puede durar años.
Sumado con el desgaste emocional y económico que representa la lucha por encontrar justicia, tener que revivir una y otra vez lo sucedido para poder repasar los hechos con la esperanza de localizar alguna prueba que ayude a castigar a los culpables, genera problemas psicológicos y sociales en las víctimas indirectas.
Asimismo hay muchas organizaciones que señalan lo importante que es recordar que en la mayoría de las ocasiones son minimizadas e incluso revictimizadas, principalmente por las instituciones que deberían brindarles protección, por lo que es importante nombrarlas y visibilizarlas junto con los casos de feminicidio que existen en nuestro país.
El Observatorio Ciudadano Nacional de Feminicidios menciona que entre los impactos más notables están los emocionales, como ya se mencionaba anteriormente, además de sufrir un sentimiento de culpa, sobre todo por parte de madres víctimas de feminicidio, quienes sienten una carga al no “haber protegido a sus hijas como ellas hubieran deseado”.
https://heraldodemexico.com.mx/nacional/2023/11/1/no-fue-suicidio-fue-un-feminicidio-veronica-monroy-fue-localizada-sin-vida-en-su-propia-casa-en-tecamac-edomex-544649.html
