Home Estado de México Alerta de género fallida en el EdoMex: una víctima más de feminicidio

Alerta de género fallida en el EdoMex: una víctima más de feminicidio

by adminj85jshgn 20 diciembre, 2017 0 comment

Del 1 de enero al 16 de octubre de 2017 van 1420 feminicidios en el país, ocurridos principalmente en el Estado de México con 160, Veracruz 114, Chihuahua 95, Puebla 88, Michoacán 79 y 75 en la Ciudad de México.

 El feminicidio en México es un problema que nos debe importar a todos. Del 1 de enero al 16 de octubre de 2017 van 1420 feminicidios en el país, ocurridos principalmente en el Estado de México con 160, Veracruz 114, Chihuahua 95, Puebla 88, Michoacán 79 y 75 en la Ciudad de México. Ésta es una columna para visibilizar este grave problema.

Diana Velázquez vivía en Chimalhuacán, Estado de México. Nació del matrimonio de Lidia Florencio y Jairo Velázquez. Laura era su hermana menor. Una familia como muchas que sobreviven en uno de los estados más corruptos y llenos de impunidad en México. El pasado 2 de julio el cuerpo de Diana fue encontrado sin vida con signos de violación y estrangulamiento.

El Estado de México encabeza desde hace algunos años la lista en feminicidios, catalogado como la capital del feminicidio. El 31 de julio de 2015 se declaró la Alerta de Género en 11 municipios: Ecatepec de Morelos, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla de Baz, Toluca de Lerdo, Chalco, Chimalhuacán, Naucalpan de Juárez, Tultitlán, Ixtapaluca, Valle de Chalco y Cuautitlán Izcalli. La Alerta fue publicada en la gaceta oficial del Estado el 22 de abril del 2016 y entró en vigor, sin embargo, los feminicidios no ceden en la entidad. Tan sólo este año en la documentación e investigación diaria que he realizado, el Estado de México registra 160 feminicidios y 42 asesinatos violentos de mujeres. Una de las principales fallas de la alerta es que, al no aplicarse los protocolos de actuación, las denuncias por desaparición siguen sin ser tomadas de inmediato, ya que las autoridades todavía solicitan las 72 horas de espera antes de denunciar la ausencia de una mujer.

El pasado 2 de julio Diana se alistaba para ir a realizar un trámite acompañada de su mamá. Por la distancia, tenían que salir a las dos de la mañana para ser de las primeras personas en ser atendidas. Se vistió y despertó a su mamá, Lidia, quien al verla con un short pequeño la regañó y le dijo que no saldrían así. Diana, molesta, se salió de la casa. Sus padres le marcaron al celular pero la llamada se fue directo al buzón. Media hora después contestó y dijo que ya iba de regreso. «La escuché bien, tranquila, eso me dio calma para esperar a que regresará», recuerda Lidia. Pero Diana no regresó.

Por la mañana de ese mismo día, Lidia y Laura acudieron a la Agencia del Ministerio Público de Chimalhuacán y, como en otros casos cuando una familia quiere denunciar una desaparición, ésta les fue negada. «Seguro anda con el novio», les dijeron las autoridades. La familia siguió marcando al número celular de Diana pero no había respuesta. Por la tarde les contestó una mujer y les dijo que ella había comprado el teléfono en el tianguis de San Vicente, en el Estado de México. De inmediato se trasladaron nuevamente al ministerio público. «Fue la única forma en que nos tomaron la denuncia por desaparición», cuenta Lidia, y eso fue hasta el 3 de julio.

Diana cumplió 24 años el pasado 4 de marzo. No le gustaban las redes sociales ni que le tomaran fotos. Se dedicaba a vender dulces y era una asidua lectora. Lidia recuerda que era una aficionada de Agatha Christie, la novela policiaca la emocionaba, la política y también Isabel Allende. Otro de sus gustos era escuchar la radio y era admiradora de Fernanda Tapia; todos los días la escuchaba.

Pasaron los días y la familia buscaba a Diana. El 6 de julio, mientras realizaban trámites para solicitar las sábanas de las llamadas telefónicas de Diana, la familia acudió al Palacio Municipal de Nezahualcóyotl, en el Estado de México. Ahí, Laura le sugirió a su papá preguntar en el Servicio Médico Forense (SEMEFO) por alguna chica con las características de Diana. Les dijeron que había una. Les mostraron la foto en una computadora pero el grado de descomposición del cuerpo era muy alto. «Diana tenía un lunar en el labio y la chica de la foto también», cuenta Laura, «por eso nos pidieron que entráramos a ver el cuerpo».

Los grandes ojos de Laura se llenan de lágrimas. «Desde que nos dirigimos al espacio donde está el SEMEFO noté un olor muy feo. Entramos y en un cuarto muy pequeño estaban tres cuerpos de hombres desnudos en el piso. Avanzamos y el encargado del lugar nos señaló con el pie: ‘es ésta’ y abrió la bolsa que contenía el cuerpo. También estaba desnuda. Ya estaba muy hinchada; la reconocí por sus trencitas. Diana se peinaba siempre con trenzas pegadas a la cabeza. Sin dudarlo supe que era ella, mi hermana, ahí tirada en el piso como si no valiera nada. Ya estaba agusanada. No estaba en un refrigerador ni el cuerpo estaba preservado, como se supone debía ser. Diana, mi hermana mayor, sólo estaba ahí como un animal».

La familia cuenta que les pidieron dinero en la Agencia del Ministerio Público para agilizar el trámite de entrega del cuerpo, lo que viola uno de los derechos que la Ley General de Víctimas señala en el artículo 5: «Gratuidad. Todas las acciones, mecanismos, procedimientos y cualquier otro trámite que implique el derecho de acceso a la justicia y demás derechos reconocidos en esta Ley, serán gratuitos para la víctima».

Laura, Jairo y Lidia cuentan que el cuerpo de Diana fue encontrado el mismo día que desapareció, cerca de las seis de la mañana. Fue manejado por las autoridades desde el principio como «masculino», y en las notas rojas ni siquiera había reporte de su hallazgo. El cuerpo fue levantado por la Funeraria Prado, ya que los peritos no tenían tiempo de hacerlo. Cuando fue encontrado por casualidad por Laura y su papá, ni siquiera pudieron velarla. Era tal el grado de descomposición que solamente la funeraria tuvo acceso a ella, y del SEMEFO fue trasladada al panteón.

Cuando les pidieron que firmaran de inmediato, Laura sintió que su hermana no valía nada. Que sólo querían la firma y ya. Lidia se lamenta: «Ya ni siquiera vi a mi niña, a mi compañera. No podía abrir su caja; todo fue muy rápido». Algo que les queda muy claro como familia es que si no les hubiera dado curiosidad preguntar, tal vez nunca la habrían encontrado. Las autoridades no les habían notificado que desde el primer día Diana se encontraba sin vida.

El estado emocional de la madre, la hermana y el padre de Diana es como el de la mayoría de las familias víctimas indirectas del feminicidio, y ante la falta de respuesta gubernamental se convierten en víctimas directas de Violencia Institucional, al serles negados cada uno de los derechos que la Ley General de Víctimas contempla.

La cantidad de omisiones en este feminicidio por parte de las autoridades del Estado de México, como en la mayoría que he documentado, son alarmantes: a la familia se le negó la denuncia por desaparición. No verificaron que el cuerpo encontrado cerca de la casa de la familia era de una mujer y no de un hombre, como policías y agentes lo dejaron asentado en el acta de levantamiento. No preservaron el cuerpo para lograr su identificación (cadena de custodia). Les solicitaron dinero para agilizar el trámite de entrega. No realizaron las pruebas necesarias para encontrar al (o los) culpables de la violación y estrangulamiento de Diana. No le dieron acceso a la familia a la carpeta de investigación bajo el argumento de que sólo los abogados tienen vía a ésta. No les dieron atención jurídica gratuita e inmediata ni atención psicológica.

Nadie ha sido llamado a declarar ni las cámaras de seguridad se han revisado. La carpeta de investigación fue trasladada en agosto a Tlalnepantla a la fiscalía de feminicidios, sin embargo, no han sido atendidos por la Fiscal Irma Millán. Las autoridades han hecho caso omiso. El mensaje que la familia de Diana está recibiendo es de falta total de interés por resolver lo que sucedió y encontrar al o los responsables.

Nuevamente hay una familia sumergida en la desesperanza, atrapada en la vertiente de la impunidad, la corrupción y la indolencia, esperando que en algún momento haya justicia para Diana, sumándose a las miles de familias de mujeres asesinadas a diario en México.

Quieres contar una historia de feminicidio, desaparición o intento de feminicidio, búscame y ayúdame a visualizarlas.

@FridaGuerrera

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https://www.vice.com/es_mx/article/d3dgjx/alerta-de-genero-fallida-en-el-edomex-una-victima-mas-de-feminicidio

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