Verónica Paredes Millán, de 18 años, tenía seis meses de embarazo cuando fue asesinada por su esposo, de 21 años, dentro de su vivienda en Cuernavaca, Morelos. La pareja tenía apenas unos días de haberse casado.
El cónyuge trató de hacer pasar el homicidio como algo accidental, acusó la madre de la víctima. El imputado dijo que el arma se accionó mientras la limpiaba. Pero Verónica –antes de quedar inconsciente– alcanzó a decir que había sido agredida por su pareja.
La defensa del acusado solicitó un juicio abreviado que se celebrará a principios de abril; en tanto que la familia de Verónica teme que con ese mecanismo el hombre obtenga la sentencia mínima.
Ciudad de México, 31 de marzo (SinEmbargo).– Un mensaje llegó al celular de Verónica Millán a las 08:42 horas del 5 de julio de 2017: “¿Mamá, qué vas hacer hoy?”, le escribió Verónica Paredes. Fue el último que recibió de su hija menor. Esa mañana Vero, con seis meses de embarazo, fue asesinada por su esposo.
Zoire Eduardo “N”, el cónyuge, fue detenido y vinculado a proceso por el feminicidio de Verónica y homicidio de su hijo. A ocho meses, el caso podría terminar con un juicio abreviado solicitado por la defensa del imputado.
La madre de la joven sabe que el juicio abreviado implica que Zoire deberá aceptar la culpabilidad de sus actos para obtener el beneficio de una sentencia menor a la que obtendría si fuera a juicio oral.
“Temo que mi hija no tenga justicia, si dan una condena muy corta al asesino”, dice Verónica Millán.
La Comisión Independiente de Derechos Humanos (CIDHM) de Morelos documentó un total de 72 feminicidios en aquella entidad durante el año 2017.
Actualmente en ocho municipios de Morelos, [ Cuernavaca, Xochitepec, Puente de Ixtla, Temixco, Yautepec, Cuautla, Emiliano Zapata y Jiutepec] cuentan con la Alerta de Género activada desde agosto de 2015.
LO CONOCIÓ POR FACEBOOK
“Vero” Paredes cursaba el nivel medio superior cuando conoció por Facebook a Zoire Eduardo, en mayo de 2016. Al poco tiempo se hicieron novios.
“Era una niña tranquila, trabajadora, era una jovencita muy risueña, era una niña muy feliz, siempre se reía a todo pulmón. Cuando ella pasó a segundo año de bachilleres [después de conocer a Zoire] tuvo un cambio muy radical: se volvió más callada, muy enojona. Se hizo rebelde”, platica la madre de Vero.
Verónica Millán narra que en su casa mantenía reglas estrictas en cuanto a los permisos para salir y para ver al novio. Su hija Vero quería pasear más tiempo, salir por la noche y tener más libertades, por lo que se mudó con el padre. En noviembre de 2016 cumplió 18 años y al siguiente mes se mudó con su novio.
“Nosotros anduvimos investigando para saber dónde vivía ella, fuimos con los papás de él [Zoare] y aunque ellos sí sabían donde vivían, no nos dijeron nada. Fueron meses que yo no tenía comunicación para nada con ella”, narra Verónica Millán.
En febrero de 2017, Vero se acercó de nuevo con su familia e informó que estaba embarazada. Luego del acercamiento acudía frecuentemente a casa de su madre.
“Yo le dije que la iba a apoyar. Ella sabía que ella tenía una responsabilidad y que yo la iba a audar con respecto al médico, y todo eso”, narra la madre.
Verónica Millán notó a su hija triste, le cuestionó si era maltratada por su pareja pero la chica negaba que fuera víctima de violencia doméstica. La mujer insistió a Vero que se reintegrara a su hogar y la joven le respondió que cuando cumpliera los seis meses de embarazo regresaría.
Vero y Zoare Eduardo contrajeron matrimonio civil el 20 de junio.
“El día que ella se casó estaba triste, su mirada se le veía muy triste. Cuando se casaron yo la abracé para felicitarla, ella se puso a llorar y le dije que yo la iba apoyar en lo que fuera, que yo iba a estar con ella”, recuerda la Sra. Millán.
–No te cases, si no te quieres casar, no te cases –, le dijo la madre.
–Es que él se quiere casar –, le respondió la chica.
–¿ Y eso qué? Que tiene que él se quiera casar, pero si tú no te quieres casar no te cases –, contestó la mujer.
EL ASESINATO
Un mensaje llegó al celular de Verónica Millán a las 08:42 horas del 5 de julio de 2017: “¿Mamá, qué vas hacer hoy?” le escribió su hija Vero. Fue el último. Esa mañana Vero fue asesinada por su esposo.
“Era miércoles y ese día, para mi mala suerte, puse en silencio mi teléfono y me desperté como a las 10:20 de la mañana, vi el mensaje, le contesté que me acaba de despertar y le mandé un video”, detalla madre.
En el registro de llamadas perdidas de Verónica Millán había un número desconocido que le marcó a las 09:48 de la mañana. La mujer regresó la llamada. Era del Hospital General: Verónica había sido ingresada con una herida de bala poco antes de las 09:42 de la mañana.
“Ya no le temo a la muerte, no tiene caso”, escribió el cónyuge a las 9:30 de la mañana en su cuenta de Facebook .
“No sé ni cómo, pero como puede llegué al hospital. Mi hija estaba hospitalizada, la tenían con mascara y tubos de respiración”, narra la madre de Vero.
La joven embarazada llegó al nosocomio con una herida de bala que ingresó por su hombro, se fue al corazón, rompió la aorta, le llegó al hígado y la placenta, según describe la madre.
Le practicaron una cesárea de emergencia para tratar de rescatar al niño; pero el bebé sólo vivió tres horas. Vero sufrió tres paros cardiacos. A las 10:30 de la noche perdió la vida.
Zoare acudió al hospital momentos después de que ingresó su pareja y ahí fue detenido, pues presuntamente cayó en contradicciones en su declaración: primero dijo que los trataron de asaltar y después que limpiaba el arma cuando se le disparó accidentalmente.
Sin embargo, la víctima antes de quedar inconsciente alcanzó a decirle a un bombero –el primero que la auxilió– que su marido le disparó directamente tras una discusión.
Verónica Millán explicó que –de acuerdo a estudios periciales– Zoare tenía sometida a Vero cuando accionó el arma.
“No le disparó a la distancia ni nada de eso, él la tenía sometida. Además, ella claramente le dijo al bombero que discutieron y él le disparó”, afirma la madre.
PROCESO Y JUICIO ABREVIADO
Zoare lleva ocho meses detenido y el proceso sigue abierto. La defensa solicitó un juicio abreviado en donde Zoare renuncia al juicio oral al aceptar responsabilidad de los cargos y con el beneficio de obtener una pena mucho más baja, la cual, podría ser hasta una tercera parte de la sentencia que tendría en un juicio oral.
“El proceso se ha alargado porque la defensa del acusado ha pospuesto y pospuesto las audiencias, que si no va la licenciada, que si esto, que si el otro. Ahora pidieron un juicio abreviado”, agregó Verónica Millán.
La audiencia de juicio abreviado está agendada para el próximo 8 de abril.
La familia de Vero busca que el imputado sea enjuiciado y sentenciado no sólo por el feminicidio contra la chica, sino por homicidio en contra el bebé.
“Yo lo único que pido es que también se le haga justicia a mi nieto. El bebé nació. Sobrevivió tres horas. Yo lo que pido es justicia y que se tome en cuenta la saña con la que lo hizo”, dice.
La madre de Vero teme que Zoare tenga una sentencia muy corta en el juicio abreviado. La mujer explicó que no confía en el sistema de justicia, pues ella mejor contrató un abogado particular porque el Ministerio Público no atendía bien el caso.
“Cuando yo les dije que ya tenía un abogado particular ellos [autoridades] sólo nos decían: ‘su caso va muy bien muy bien, usted tiene ya un asesor jurídico’. La verdad es que los abogados particulares son los que hicieron gran parte del trabajo, son los que anduvieron investigando y localizaron al bombero”, sostuvo Verónica, quien se dice convencida de que si no hubiese contratado asesoría particular su caso no tendría el avance que ahora lleva.
Zoare no ha declarado hasta el momento y, según recalca la madre de la víctima, ahora ya no muestra arrepentimiento. “En las primeras audiencias él iba cabizbajo; pero en esta última audiencia, llegó con una sonrisa de lado, muy sonriente”.
Verónica Millán aún teme que la condena no sea suficiente.
“Me da miedo que le den muy pocos años en la cárcel, sería algo tan injusto que no le den lo que él se merece, porque le quitó a vida a mi hija y a mi nieto”, destacó la mujer.
La Comisión Independiente de Derechos Humanos (CIDHM), organización dedicada a la defensa de las mujeres, ha documentado al menos 851 feminicidios en 32 municipios de Morelos, de 2000 a enero de 2018. Sin embargo, aunque las autoridades reportaron mil 400 muertes violentas de mujeres, en ellas se incluyen homicidios culposos y suicidios, sólo 271 casos fueron reconocidos como feminicidios.
Los municipios con mayor número de feminicidios desde el 2000 a enero de 2018 en Morelos son Cuernavaca con 171, Jiutepec con 80, Temixco con 61, Cuautla con 51, Yautepec con 45, Xochitepec con 37, Puente de Ixtla con 32 , Emiliano Zapata con 31, Jojutla con 30 y Tepoztlán con 28.
El mayor número de mujer asesinadas, de acuerdo al estudio, se concentró en víctimas que tenían entre los 21 y los 30 años de edad, con 177 casos; seguida de un rango de 31 y 40 años, con 129 feminicidios; y en tercer lugar entre 11 y 20 años con 93 registros.
http://www.sinembargo.mx/31-03-2018/3401737