Del 1 de enero al 10 de julio se han reportado 942 feminicidios.
El feminicidio en México es un problema que nos debe importar a todos. Del 1 de enero al 10 de julio se han reportado 943 feminicidios, principalmente en el Estado de México con 88, Guanajuato con 85 y Veracruz con 84.
A finales de mayo, una de las mujeres que siguen mi trabajo me contactó por Facebook para dar a conocer el caso de Rebeca Flores. De inmediato me contacté con su hermana Maribel, y finalmente nos encontramos el pasado 8 de julio en su estética y casa, ubicada en una de las colonias de San Gaspar Jiutepec, en el estado de Morelos.
Ahí me recibieron Maribel y Elvira, hermanas de Rebeca, quienes sonrieron al recodar a su hermana. “Nació aquí en la casa. Yo la vi cuando lloró; no me atreví a cortarle el cordón umbilical», recordó Maribel, quien es 15 años mayor que Rebeca. «Vivíamos con muchas carencias, pero éramos tantos que entre todos nos cuidábamos. A Rebe yo siempre la vi como si fuera mi hija”.
Rebeca nació el 23 de marzo de 1997. Proviene de una familia de diez hermanos, cinco de ellas mujeres. Rebe era la más pequeña de ellas. El pasado 23 de marzo cumplió 21 años, y ese día hizo todo lo posible por reunir a toda su familia. Sus hermanas me contaron que pasó uno de sus días más felices, acompañada de su hija de dos años.
Maribel me contó que sus padres —Doña Luisa y de Don Dimas — las enseñaron a luchar para tener por lo menos para comer. Con su mamá vendían legumbres de casa en casa, y su papá empezó a cortar el cabello. Fue de ahí donde nació el amor por el estilismo de cuatro de sus hijas, incluida Rebeca.
El 29 de marzo de 2018, Rebeca salió de trabajar de San Gaspar Jiutepec en Morelos. Su hermana Elvira fue la última en verla con vida: “Todavía me salí a la calle a verla como se iba. Me dijo que iba a ir al centro y de ahí a casa. No supimos más de ella”.
Rebeca no acostumbraba a estar incomunicada con sus hermanas. Si no mandaba un mensaje de WhatsApp a una de sus hermanas, se lo mandaba a otra, pero siempre se comunicaba. Ese día a las 18:00 horas envió el último mensaje.
Sus hermanas intentaron comunicarse con ella, pero el celular enviaba directo a buzón. Al día siguiente Doña Luisa les informó que Rebe no había llegado. Decidieron empezar a buscarla con sus amigas, amigos, con su novio, pero nadie la había visto. Fue entonces que empezaron a probar en hospitales, en separos de la policía, y nada.
Intentaron levantar la denuncia el 30 de marzo por la tarde. Las autoridades de Jiutepec les indicaron que tenían que esperar las 72 horas de “rigor”, para entonces lanzar la alerta. El 2 de abril iniciaron la “búsqueda formal”.
“No hicieron mucho», me dijo Maribel. «Solicitamos las cámaras que había cerca y nos las negaron. Pedíamos la sabana de llamadas de su celular, pero hasta el momento no nos han mostrado nada”.
El 24 de abril de 2018 un lugareño encontró los restos óseos de una persona y de inmediato dio aviso a las autoridades. El lugar: el kilómetro 10 de la carretera Tepoztlán-Yautepec, en el paraje conocido como “La Quinta Piedra”, en el municipio de Tepoztlán. Fue el feminicidio 597 de nuestro doloroso compendio 2018 en todo el país. Las autoridades se dieron cuenta que era una mujer por la ropa que se encontraba cerca del cuerpo; sin embargo no fue identificada en el lugar.
Aún así pasó más de un mes sin que la familia de Rebeca supiera algo de ella. El 24 de mayo de 2018, las hermanas de Rebe fueron notificadas de que la osamenta hallada un mes antes en La Quinta Piedra parecía ser de su hermana. Hicieron pruebas de ADN a la madre, hermana e hija de Rebeca, con lo cual confirmaron su identidad.
Una caja pequeña les fue entregada, “solo eran unos huesos. Yo les pedía que me dejaran ver su cabello, para estar segura de que no me estuvieran dando un perro. Lamentablemente corroboramos que sí era ella”, recordó una de sus hermanas.
Doña Luisa llegó horas más tarde a nuestra reunión acompañada de la pequeña hija de Rebeca quien, a sus dos años, solo sabe que su mamá no está.
“Yo le pido a la autoridad que ya paren esto, hay mucha gente como nosotros», comentó doña Luisa, «que ya hagan algo para detener tantas muertes”.
La familia me comentó que hay muchas mujeres que han sido asesinadas y encontradas en Tepoztlán. Un ejemplo es el caso de Lesley Ayleen, estudiante de odontología de la Universidad Latinoamericana de Cuernavaca, reportada como desaparecida desde el 06 de junio de 2018, y cuyo cuerpo fue localizado calcinado el 8 de junio.
“Nos duelen mucho todas, pero a veces sentimos que Rebe no importa. La gente se volcó por el feminicidio de Lesley. La Universidad donde estudiaba exigió justicia. Ya tienen un sospechoso, hasta una ficha de la Interpol, pero de mi hermana nada», comentaron las hermanas de Rebeca. «No hay ni siquiera sospechosos, ni siquiera han investigado nada, ¿por qué? Porque era estilista”.
En agosto de 2015, ocho de los municipios de Morelos fueron declarados con Alerta de Género, entre ellos Jiutepec. Lamentablemente, dicha alerta sigue sin funcionar, y se cometen violaciones a todas las medidas de protección que se supone deberían de existir para evitar que estos brutales feminicidios sigan ocurriendo.
Quieres contar una historia de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas.
@FridaGuerrera
https://www.vice.com/es_mx/article/a3qd7g/rebeca-un-feminicidio-por-el-que-pocos-exigieron-justicia