El feminicidio en México es un problema que nos debe importar a todos. Del 1 de enero al 31 de julio se han reportado 1044 feminicidios, principalmente en el Estado de México con 100, Guanajuato con 99, Veracruz con 93, y Guerrero con 90.
El pasado 10 de mayo de 2018 me llegaron tres imágenes de una menor desnuda en la calle, abandonada en Av. Bordo de Xochiaca, en Nezahualcóyotl, Estado de México. De inmediato pensé en su madre. Egoístamente no pensé en su padre, quien realmente era el que la estaba buscando.
El 18 de julio de 2018 Juan me envió un mensaje por Facebook. “Disculpe, soy el papá de Ximena Paola, usted me podría a ayudar a asesorarme, lo único que quiero es justicia para mi hija, ando desesperado”.
Me envió su dirección y finalmente nos entrevistamos el pasado 28 de julio. Al llegar a su casa salió de inmediato, para hacerme saber que prefería que charláramos en otro lugar. Al mismo tiempo salió Nati, la hermana mayor de Ximena. Juntos me contaron la historia de Ximena:
Ximena Paola nació el 13 de abril de 2004 en la Ciudad de México. Era la segunda hija de la pareja formada por Juan y Laura, quienes en 2012 se separaron. Ximena, era muy cariñosa, le gustaba mucho escribir cartas, hacer manualidades, acababa de terminar el segundo grado de secundaria, ya iba para tercer grado. Quería estudiar para Médico Forense, porque decía que ella si haría bien las cosas para saber de qué morían las personas y agarrar a quienes las asesinaran. Amaba pasear con su papá y su hermana, así como con su media hermana. ”Xime era la que administraba el gasto de la casa. Ella cocinaba, le gustaba mucho hacer mole con pollo, porque era su preferido”, me cuenta con una sonrisa Nati.
Fue en 2015 que Nati y Ximena decidieron irse a vivir con su papá, al no tener una buena relación con la nueva pareja de su madre. Desde entonces Juan se dedicó a cuidar a sus hijas. El padre trabajaba como guardia de seguridad de una empresa privada, laboraba 24 por 24.
El 9 de mayo Juan se fue a trabajar. Las niñas se quedaron en casa y más tarde fueron a casa de una amiga para hacer un regalo para sus madres. Ximena estaba haciendo el de su papá para regalárselo el día de las madres.
Cuando Juan regresó muy temprano a casa el 10 de mayo preguntó a Nati por Ximena. “Se fue a dejarle un regalo a mi mamá”. Juan confió en las palabras de Nati, sin embargo, algo no le gustaba. Nati tiene 15 años, temerosa le respondía a su padre que Xime seguro no tardaba en regresar.
Al ver que no llegaba Juan se contactó con la madre de la niña, quien le confirmó que Ximena no se encontraba en su casa. Fue entonces que se dirigió en compañía de Nati a Atención Ciudadana a levantar la denuncia por la desaparición de la niña. Juan logró que le dieran la Alerta alrededor de las ocho de la noche.
La desesperación en el padre y en la pequeña Nati acrecentaba. Lo único que Juan deseaba era verla, abrazarla, regañarla porque se había expuesto. Ya muy entrada la noche, tocaron la puerta del domicilio de Juan. “Necesitamos que vea a dos mujeres que encontramos, para descartar que se trate de su hija”. Juan y Nati fueron trasladados al Servicio Médico Forense del municipio de Nezahualcóyotl. Ahí estaba Xime.
Ximena y Natalia, se llevaban un año, en la reunión que tuvimos, al preguntarle a Nati, cómo estaba, de inmediato empezó a hablar. Largas lagrimas brotaban de sus ojos.
¿Te sientes culpable?, le pregunté.
«Sí, porque la deje en casa de nuestra amiga ese 9 de mayo, como a las seis de la tarde. Llegué a casa y no la vi, ya no la volví a ver. No debí dejarla sola», me respondió con la voz entrecortada.
Durante nuestra charla, Nati, no deja de escribir en cuanta hoja puede el nombre de Ximena. Al mismo tiempo me cuenta que todas las noches le escribe en un cuaderno para decirle cuánto la extraña, cuánto la ama.
“Una vez pensé en suicidarme porque mucha gente me ha dicho que mejor me hubiera pasado eso a mí”, me confesó la niña. Sin embargo, la idea salió se su mente después de largas horas de charla y de asegurarle que no fue su culpa, ni tampoco la de Ximena, sino que la única culpa es de quien o quienes cometieron tan atroz crimen. Hoy, Nati dice que seguirá estudiando. Está por entrar a la preparatoria y será enfermera y policía. Le ha prometido a Xime ser la mejor, porque ella hubiera sido la mejor forense. “Lo haré por las dos, porque mi hermana no merecía lo que le pasó”, me dijo Nati.
“Desde chiquitas yo traía a mis hijas, a las tres. A todos lados las llevaba, nunca busque una pareja nueva porque no quería que nadie las maltratara, porque para mí no hay nadie más importante que mis hijas. No tomo, no fumo, y mira lo que le hicieron a mi Ximena”, se lamentó Juan.
El hombre fue despedido de la empresa en la que trabajó por cinco años, debido a que la investigación le exigía estar prácticamente todo el día detrás de los agentes del Ministerio Publico. Le dieron dos mil cuatrocientos pesos de liquidación. Se quedó sin casa porque ya no podía pagar la renta, y ahora está en casa de quien fuera su suegra, pagando por un pedazo de suelo para dormir. Recientemente Juan encontró un nuevo empleo y Nati se tuvo que regresar con su mamá. Sin embargo, siempre que hay que hablar de Ximena, ambos acuden.
Hasta el momento las autoridades no han dado indicios de tener sospechosos. Juan me cuenta que visita constantemente a Ximena en el Panteón Municipal de Nezahualcóyotl. Por su parte, Nati me muestra un escrito que ha hecho para Xime, donde le hace saber cuánto la ama y que luchará porque haya justicia para ella.
“No entiendo a este país para todas las mujeres, ya están con la idea de no salir a la calle, nos están matando Xime, así como a Valeria, Calcetitas, y tú. Sabes algo Xime e intentado hacer varías cosas, tenía sueños para ti, pinche gente que arrebata a una persona muy especial en tú vida, no entiendo el por qué te hicieron esto aún eras una niña”.
Quieres contar una historia de feminicidio, desaparición, o intento de feminicidio búscame, ayúdame a visualizarlas.
@FridaGuerrera
https://www.vice.com/es_mx/article/5945ek/ximena-el-feminicidio-de-una-joven-de-14-anos-en-nezahualcoyotl