Tlaxcala es el estado más pequeño de México y se ha ganado la reputación del foco de la trata de personas en el país.
Un día, afuera de la estación del metro Pino Suarez en el Centro Histórico de la Ciudad de México, Karla Jacinto, quien se autodenomina marimacha, estaba esperando a unos amigos para ir a patinar cuando de pronto se le acercó un chico mayor y le invitó un helado.
«Dije bueno, no hay nada de malo si tomamos un helado», me dijo Jacinto mientras platicábamos en una cafetería en el centro, a escasos 30 minutos caminando de donde conoció a su padrote.
Ese helado fue hace 10 años, cuando Karla tenía 12 años de edad.
Karla creció en un ambiente de pobreza en la ciudad y fue víctima de abuso físico y sexual desde que tenía cinco años de edad. El día que aceptó esa invitación, le pareció que había conocido a alguien que la entendía.
«Me empieza a contar su vida personal, según el estudiaba, dejo de estudiar de muy chico y a trabajar desde muy pequeño, de cómo era maltratado por sus padres, cómo empezó a trabajar y se independizó de sus padres desde chico, y yo me sentí identificada porque era algo similar a lo que me pasaba a mí», dijo Karla.
El joven, cuyo nombre Jacinto aún se niega a revelar, la invitó de inmediato a Puebla pero ella insistió en que sus padres no la iban a dejar. Intercambiaron números telefónicos y una semana después la convenció de ir a Puebla. Le mintió a sus padres y se fue con él.
Pero en vez de ir a Puebla, llegaron a Zacatelco, en el estado de Tlaxcala. Ahí la recibieron los primos del joven.
«Ya sabían todo sobre mí», dijo Karla. «Decían que él estaba enamorado de mí, que ya había planeado su vida conmigo y que ellos iban a ser nuestros padrinos de boda, y ahí me empezó a dar un poco de miedo».
Poco después, Karla Jacinto quedó atrapada en un ciclo de violencia, maltrato y prostitución bajo las ordenes del chico que la sedujo y que se convirtió en su padrote.
Tlaxcala es el estado más pequeño de México y se ha ganado la reputación del foco de la trata de personas en el país. Se sabe que en los pueblos pequeños junto a la carretera que conecta las ciudades de Tlaxcala y Puebla, los círculos de trata de personas donde hay familias enteras involucradas operan a la vista de todos.
Los padrotes de Tlaxcala buscan chicas jóvenes y sin educación en otros estados del país. Según las autoridades, los traficantes las sacan de ahí, las violan, abusan de ellas y luego las obligan a prostituirse en otros estados dentro del país o las llevan a EU.
En algunas ciudades importantes de EU han rescatado a varias mujeres que traficaron desde Tlaxcala y a pesar de los arrestos de alto perfil en Nueva York, Houston y Atlanta, en general ha habido muy poco progreso, en especial contra los traficantes que todavía viven y operan en Tlaxcala.
“Piensas que toda tu vida va a ser esa”.
En mayo, Jacinto fue a la Subcomisión Estadounidense de África, Salud Global, Derechos Humanos Internacionales y Organismos Internacionales, y explicó cómo el joven que dijo amarla la obligó a prostituirse desde los 12 hasta los 16 años de edad.
«Te levantabas, te arreglabas y te ibas al hotel; en el hotel te bañabas, te cambiabas y regresabas al departamento, entonces era una vida «simple» ya no sentías nada. Llega un momento en el que ya no te preocupas por ti misma; piensas que toda tu vida va a ser esa», explicó Karla.
El municipio de Tenancingo, ubicado al sur de Tlaxcala, justo en la frontera con el estado de Puebla, tiene una población de apenas 10 mil personas y se le conoce como el centro del tráfico sexual en el país. Según defensores de los derechos humanos, el trafico sexual en México es un problema que casi no recibe atención del gobierno.
En el Informe sobre la trata de Personas del Departamento de Estado de EU del año 2014, México fue reconocido como «un país fuente, de tránsito y de destino para hombres, mujeres y niños sometidos al tráfico sexual».
Más adelante, en el informe se puede leer una serie de aseveraciones acerca de la reacción del gobierno mexicano ante este problema. «El gobierno de México», dice en el informe, «no cumple con los requisitos mínimos para eliminar la trata». También dice que no existe evidencia del esfuerzo para «identificar y ayudar a las víctimas», y que «la complicidad del gobierno sigue siendo un grave problema».
La conclusión del Departamento de Estado fue que no hay estadísticas suficientes para medir la magnitud del problema en México.
«Hay miles de padrotes en Tlaxcala que operan en EU, Canadá y Europa», dijo Rosi Orozco, presidente de una organización que lucha contra la trata de personas, en una entrevista para VICE News. «Es increíble la impunidad en las ciudades donde viven y operan».
La organización de Rosi Orozco se llama Comisión Unidos Contra la Trata y se considera uno de los esfuerzos más importantes contra el problema de la trata de personas en México. Orozco compartió con VICE News algunas estadísticas que espera publicar en su próximo libro. Afirma que hay 5 mil personas en Tenancingo que están involucradas directamente con la trata de personas: 4 mil en Zacatelco; 2 mil en Teolocholco y más de 30 mil en otros pueblos aledaños.
«Tlaxcala es un estado muy pobre y aún así hay muchas personas que tienen mucho dinero gracias a la trata de personas».
Arrestos de alto perfil
En los últimos meses se logró detener a algunos criminales de alto perfil con la ayuda de las autoridades estadounidenses. En junio, la Procuraduría General de la República arrestó un hombre acusado de trata de personas en Teolocholco, Tlaxcala, tras dos años de investigación.
El hombre, cuyo nombre aún no han revelado las autoridades, fue acusado de formar parte de un grupo de crimen organizado que atrae a mujeres jóvenes y las obliga a prostituirse, después las lleva a diferentes estados de la República o a EU, en especial a Houston o a Nueva York.
Según las autoridades mexicanas, a finales de mayo, otro hombre relacionado con la trata de personas fue sentenciado a 11 años de prisión.
El Servicio de Inmigración y control de Aduanas de EU (ICE, por sus siglas en inglés), también hizo su esfuerzo para tomar medidas contra un grupo específico que se dedica a la trata de personas y opera en Tenancingo.
Cuando arrestaron a Paulo Ramirez Granadosel pasado 30 de marzo en una operación conjunta entre la Policía Federal de México y el ICE en Tenancingo, el ICE logró atrapar a uno de los criminales que se encuentran en la lista de los diez traficantes sexuales «más buscados».
Sin embargo, aún hay otros cuatro residentes de Tenancingo que siguen en la lista de los más buscados de EU: Eugenio Hernández Prieto, Saúl Romero Rugerio, Severiano Martínez Rojas, y Raúl Granados Rendón.
Hasta ahora se ha detenido a 12 miembros de la familia Granados, a excepción de Raul Granados Rendon.
Uno de cada cinco padres en Tlaxcala admite que al menos uno de sus hijos ha manifestado interés en ser padrote.
La hermana María Guadalupe, directora del Centro Fray Julián, una organización católica de Tlaxcala que lucha para erradicar la trata de personas en el estado, dijo que a los pobres de Tlaxcala les parece atractivo el negocio de la trata de personas.
Según un estudio que realizó la Universidad Autónoma de Tlaxcala en 2010, uno de cada cinco padres en el estado de Tlaxcala admite que al menos uno de sus hijos ha manifestado interés en ser padrote.
«Históricamente, es la generación de redes, con la característica de ser redes familiares, los hermanos, los tíos, los primos, las madres, las tías. Los mismos hijos dicen ‘cuando yo crezca voy a ser padrote’, esa es la característica de Tlaxcala», explicó la hermana María Guadalupe.
«Es muy común que los niños de 6 años digan que quieren ser padrotes para tener carros, mujeres, casas y no pasa nada», añadió la hermana.
El modus operandi típico de los tratantes de Tlaxcala es el siguiente: los jóvenes de la ciudad van a estados colindantes en busca de chicas jóvenes y vulnerables, y en vez de secuestrarlas, las engañan para que crean que las aman y las convencen de que vayan a Tlaxcala a conocer a su familia.
«Los padrotes son los mejores psicólogos, porque huelen a sus víctimas, saben llegarle en el momento apropiado y entonces les ofrecen una de las tácticas del modus operandi: enamorarla», dijo la hermana María Guadalupe. Por desgracia, padrotear es un negocio familiar en Tlaxcala.
Por amor
La historia de Karla Jacinto es muy común entre las víctimas de trata en México. En cuanto conoció a la familia de su padrote hace 10 años, todos los miembros la empezaron a manipular. «Ellos me dijeron, tú crees que si nosotros fuéramos malos, nosotros ya te hubiéramos violado y dejado por ahí», dijo Karla Jacinto.
Karla pidió regresar a su hogar en la Ciudad de México. Horas después, el chico cedió. La llevó a su casa a las 2:30AM y dijo que iba a hablar con sus padres para pedirles su mano.
La madre de Karla estaba tan molesta que se rehusó a abrir la puerta. Como no tuvo otra opción, regresó a Zacatelco. De pronto, la niña de 12 años quedó en manos de una familia que no conocía.
«Durante 3 meses todo fue bien. Me daba cariño, amor y todo lo que necesitaba; después me empezó a prostituir», dijo Karla. «Me empezaba a pegar y a insultar, me pegaba con palos y cables, incluso me llegó a pegar con una plancha».
El chico la embarazó y después la obligó a abortar. Después se volvió a embarazar y esta vez pudo conservar a su bebé pero aún así la obligaron a prostituirse hasta los ocho meses de embarazo. Un mes después de que nació su hija, la familia de su padrote se la quitó y no pudo verla en un año.
“Por amor, siempre te dicen por amor”.
«No es tan fácil salir de ahí, una porque te amenazan con tu familia. Te dicen, si tu no haces esto, voy a matar primero a tu mama luego a tus hermanos y así. Y tal vez lo dicen de mentira pero tú nunca vas a querer saber si es verdad o mentira», dijo Karla para VICE News.
Cuando Karla cumplió 16 años, tuvo el valor de acudir a la Fundación Camino a Casa, un refugio fundado por Rosi Orozco, donde pasó los siguientes dos años en recuperación.
Hoy, Karla tiene 22 años de edad y ahora lucha abiertamente contra la trata de mujeres y niñas en México y en todo el mundo. El año pasado dio una conferencia en la Ciudad del Vaticano, ante el Papa Francisco. Ahora trabaja como voluntaria en el mismo refugio que la acogió.
Jacinto testificó el mes de mayo en Washington DC en apoyo a la Ley internacional Megan para prevenir la trata de menores con fines sexuales (o H.R. 515). La propuesta de ley tiene como finalidad establecer un centro dentro del ICE que sirva para supervisar la información sobre los viajes de violadores de niños y advertir a las autoridades de los países a donde planean viajar estos delincuentes.
También propone tener un registro de los ciudadanos estadounidenses que han sido arrestados, encarcelados o sentenciados por pedofilia en otros países. La ley H.R. 515 pasó la Cámara de Representantes de EU y sólo falta que la apruebe el Senado estadounidense.
«Estamos viendo que hay mucha gente de dinero que está en la prostitución», dijo Jacinto haciendo énfasis en que algunas mujeres no entraban en el perfil de la víctimas de trata de personas con fines sexuales en México. «Yo conocí a muchas chavas, que tenían posgrado, gente de dinero y posición, les preguntaba ‘Oye, ¿tú por qué estás aquí?'», dijo Karla.
«Por amor, siempre te decían por amor».
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