La primera vez que hablé con Julieta Torres pensé que se trataba de un caso de violencia. Tiene una voz dulce, una señora sumamente amable, al escucharla inmediatamente sentí una gran confianza.
Hablamos cerca de media hora por teléfono. Vive en el ejido La Paz de Torreón, Coahuila, comenzó a hablar de su hija Nayeli Reyes Torres, me explicó con lujo de detalle el día que desapareció la más pequeña de la familia.
El 13 de noviembre de 2016 Nayeli salió de casa con permiso de su mamá, iría a platicar con una vecina, Juanita. La mejor le pidió 10 pesos para comprarse unos churros y prometió regresar a la hora de la comida, a las 4 de la tarde.
Julieta puso la mesa, sirvió los platos, pero Nayeli nunca llegó. Una corazonada le dijo que tenía que ir en busca de su hija. Le marcó a su celular. Fue a casa de Juanita, pero ya no estaba. Ya no la vio. Se derrumbó…
Se le destrozó el corazón y la voz, me está contando lo que le pasó a su hija, pero llora y yo no sé qué decirle. Quisiera decirle que su hija va a regresar, pero no puedo, sólo puedo escribir esto. Escribir para que comprendan el dolor de una madre que aunque se encuentra a kilómetros de distancia me contagia su tristeza.
Inmediatamente la buscó con los vecinos, con sus amigas, Juanita dijo que un muchacho le marcó ‘muchas veces’ durante el tiempo que estuvo con ella. Karen la mejor amiga de Nayeli le contó a Julieta el plan que tenían. Un ‘chavo’ de nombre Iván Ortega ‘N’, las había invitado a una ‘party’, de último minuto Karen ya no pudo asistir así que se lo informó a Nayeli. Iván llegó en una motocicleta a buscarlas, pero sólo estaba Nayeli y ella se subió al vehículo.
Tal vez fue el peor error de su vida. Se fue y ya no regresó. Julieta sigue llorando. Afirma que su hija es buena, alegre, quisiera tenerla de regreso. Cuando supo que Nayeli se había ido con ese hombre fue a su casa a buscarla, pero se encontraba drogado, no podía ni hablar.
La madre desesperada buscó ayuda con las autoridades, sin embargo, no hicieron nada. Le dieron la respuesta de siempre “SEGURO ESTÁ CON EL NOVIO”.Aquel día fue el último que se le vio a Nayeli Reyes Torres.
Días después Iván decidió hablar y aseguró que sí habían ido a la fiesta, pero que Nayeli se había ido con unos desconocidos en una camioneta y se había regresado sólo. Testigos le informaron a Julieta que la había intercambiado a unos hombres por droga. Las autoridades lo citaron a declarar, pero ese mismo día salió. Un licenciado lo acompañaba, se le acercó a Julieta y sarcásticamente le dijo: “Me pongo a sus órdenes”.
Las palabras de Julieta fueron contundentes, “Dígale a Iván que me regresé a mi hija”. Más adelante vino lo peor. Al caminar unos metros el licenciado le dijo a Ortega, “No te preocupes, si ella aparece por ahí muerta con algún beso tuyo o violada, no te preocupes”.
Se sintió helada, inmediatamente se regresó con el Juez y le mencionó lo que había escuchado, pero nadie le creyó y no hicieron nada. No hay justicia, al parecer a las autoridades no les importan las desaparecidas. Todos los vecinos lo acusaron y junto con su familia huyó a Ciudad Juárez, Chihuahua.
A Julieta se le corta la voz, me dice que tiene el corazón partido.
En octubre de 2017 detuvieron a Iván Ortega acusado de violación en Ciudad Juárez, Julieta se enteró y pidió que lo volvieran a interrogar por el caso de su hija. Estuvo yendo y viniendo, con ambos gobiernos trató de recibir justicia y todo fue en vano. El 13 de junio de 2018 Iván obtuvo su libertad.
Hasta el día de hoy no hay avance, no hay justicia e Iván está libre.
Durante toda la conversación telefónica Julieta recordó a Nayeli como una buena niña, muy alegre, muy hermosa, muy linda, siempre riéndose. A penas tenía 14 años y ahora no sabe si está sufriendo.
Un día antes de que Ortega huyera de Torreón, Julieta fue a buscarlo. Con lágrimas en los ojos le pidió que le regresara a su hija. “No tengas miedo, vengo sola, nadie se va a enterar, nada más dime dónde está mi hija, yo voy y la recojo, te doy dinero para que huyas, para que te vayas de aquí, lo tienes en cuanto yo esté con mi hija”, haría y daría todo para que la más pequeña de sus hijas regresara. La respuesta de Iván sorprendió a Julieta “¿En serio me daría le dinero?”
¿Por qué si no sabía dónde está Julieta respondió eso?
Julieta nunca va a recuperar la pérdida de su hija, nunca va a dejar de extrañar y mucho menos va a dejar de buscarla. Con la voz cortada me dijo que cree en Dios y que a diario le pide que se la regrese, que la cuide, que no sufra. Me dice que sonríe, pero en cuanto recuerda la sonrisa de Naye llora. Ese dolor en el corazón la hace llorar, según ella, es cuando su hija está sufriendo. El corazón de madre sabe lo que sienten los hijos.
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