Las cifras oficiales dan cuenta sólo de 2 mil 198 denuncias interpuestas de mujeres que han sido víctimas de trata en México desde el año 2015 hasta mayo de 2019: 689 en 2015; 593 en 2016; 380 en 2017; 397 en 2018, y 139 de enero a mayo de 2019. Sin embargo, se estima que los datos no muestran la realidad y hay casos que no se denuncian.
María de la Luz López Castruita busca, desde hace casi 11 años, a su hija Irma Claribel Lamas López, desaparecida en Coahuila. La madre asegura que la joven fue víctima trata de personas y aún tiene la esperanza de hallarla con vida, pues recientemente ha obtenido indicios que apuntan a que podría estar en condición de calle en un estado del centro del país.
El 13 de agosto de 2008, Irma Claribel, de entonces 17 años, alistó una pequeña maleta, pidió un taxi y fue a la casa de una supuesta amiga que la llevó a la central camionera de Torreón. En ese lugar se vería con una mujer que recién había conocido y que la había invitado a un supuesto concierto con todos los gastos pagados a Saltillo, Coahuila. Desde entonces, la familia no volvió a saber de ella.
María de la Luz López Castruita ha buscado a su hija por su cuenta. Las autoridades, acusó, no quisieron levantar la denuncia bajo el argumento de que su hija “andaba de cotorreo o con el novio”; fue hasta un mes y medio después que le aceptaron interponer la denuncia de hechos.
Lucy, como le dicen amigos y víctimas de desaparición, ya no sólo busca a su hija sino también brinda apoyo a familiares que tienen seres queridos ausentes.
Para la activista, el nuevo Gobierno federal sí ha mostrado algunos cambios y mejoras, sin embargo, considera que aún son pocos los avances frente al problema de la desaparición en el país.
“Es igual, nada más que ahora ya nos escuchan y hacen como que nos hacen caso, porque antes nos daban nada más una patada y no nos recibian, ahorita ya nos reciben, ya se sientan con nosotros para hacer mesas de trabajo, pero ya no queremos más trabajo de escritorio, ya queremos más búsquedas reales”.
SE FUE CON ENGAÑOS
Irma Claribel Lamas tenía 17 años al momento de desaparecer en el verano de 2008. Era estudiante de preparatoria.
“En las vacaciones largas ella se dedicó a divertirse, no tenía compromisos, se iba a las discos, a veces con o sin permiso, ahí sí lo reconozco; pero como cualquier jovencita”, explicó la madre.
Una de las noches que la joven salió con sus amigas a divertirse, conoció a una mujer de nombre Nayeli, quien presuntamente la invitaba a trabajar en la venta de zapatos, pues le decía que dejaba ganancias suficientes para una chica de su edad.
“Esa mujer la deslumbró y enganchó, le dijo que ella tenía un buen trabajo”, recordó.
Lucy se daría cuenta de eso días después, al investigar la desaparición de su hija.
La tarde del 13 de agosto de 2008, Lucy sintió algo extraño. Ya había transcurrido un buen rato y al no ver a su hija fue a su recamara a buscarla. El lugar estaba muy ordenado, lo que era inusual, eso alertó a la madre.
“Su recamara estaba muy limpia, se me hizo extraño, porque yo siempre la regañaba para que limpiara”, platicó.
La mujer inspeccionó la habitación y notó que faltaba una maleta. “Fue ahí cuando sentí su ausencia. Entonces empecé a investigar”, recordó.
Lucy supuso que la chica habría pedido un automóvil de alquiler. La madre llamó a la base de taxi cerca de su casa y les comentó lo que sucedía. La operadora revisó el reporte de los viajes de esa tarde y le informó a la mamá que efectivamente un chofer había hecho un traslado desde su casa.
“Acababa de pasar, como media hora que habían hecho ese viaje. Entonces, en la base le llamaron al taxista, él llegó a la casa dos horas después porque estaba ocupado con un pasajero”, agregó la mujer.
El chófer le informó a la madre de Irma la dirección donde dejó a la joven y también le alertó que la mujer que había pagado el pasaje de la joven le había causado una mala impresión.
“El taxista me dijo ‘vaya rápido porque la persona que la recibió fuera de esa casa se veía rara, además de que salió y pagó el pasaje como si nada, nadie paga un pasaje de otra persona como si nada’. Eran 70 pesos que en ese momento era una cantidad considerable”.
La madre de Irma acudió a la dirección donde el taxi había dejado a su hija y se percató que era la casa de una amiga de Irma, que era mayor que la joven y constantemente la invitaba a trabajar en bares.
“Enfrenté a esa persona –la amiga–, le pregunté qué había hecho con mi hija y me dijo que no sabía, que ella sólo la fue a dejar a la Central Camionera, que porque se iba a ir con su amiga Nayeli que conoció en la disco”.
Lucy platicó que su hija había conocido a “Nayeli” la semana anterior a su desaparición. Con base en sus propias investigaciones, supo que la mujer había invitado a Irma a un concierto de Caifanes en Saltillo, Coahuila, con todos los gastos pagados.
“Mi hija sabía que yo no la iba a dejar ir y se salió sin permiso. Le dijo a sus amigas que más valía pedir perdón que permiso; que estaba muy tentadora la invitación y entonces se fue. La engañaron con eso y ya jamás supimos de ella”, narró la madre.
LE NEGARON LA AYUDA INICIAL
La madre de la joven acudió a pedir apoyo a la Procuraduría General de Justicia en Torreón para buscar a su hija, pero al inicio se lo negaron. Las autoridades le decían que debía de esperarse porque su hija se había ido de fiesta y luego regresaría.
“Todas las investigaciones las hacía yo sola porque las autoridades nada más me decían que me esperara, que ella se había ido de cotorreo o que se había ido con el novio”, decían.
Los agentes del Ministerio Público no aceptaron levantar la denuncia que Lucy quería interponer, hasta mes y medio después de la desaparición.
Lucy se dirigió a Saltillo, Coahuila, a buscar a su hija. “Me fui para allá y a investigar, pero mientras tanto anduve yo sola. Les llevé varias líneas de investigación, pero ellos no hicieron nada, no hacían nada”, comentó la madre.
Lucy pasó el primer año en constantes visitas a la Procuraduría para que buscaran a su hija, pero no tenía ninguna respuesta ni resultado.
“Yo iba e iba [a la Procuraduría], pero no me hacían caso. Yo ya estaba muy mal, hasta que cuando unas personas de un grupo de oración me vieron totalmente destruida fueron a buscarme”.
La estrategia de desgaste es la apuesta de las autoridades. Lucy se cansó de pedir ayuda a las autoridades y dejó de ir a la Procuraduría a preguntar sobre las diligencias o novedades de la búsqueda de su hija.
La mujer se refugió en la religión, pero de vez en vez procuraba seguir con sus investigaciones. Cinco años después regresó con las autoridades acompañada de un asesor jurídico y solicitó el expediente de la investigación para retomar la indagatoria oficial.
El caso estaba arrumbado, se percató, pues el expediente estaba incompleto e incluso el documento estaba hasta carcomido, dañado por mordeduras de ratas o ratones, comentó la mujer.
“En el expediente no estaba todo lo que yo había llevado, mis líneas de investigación que había recabado, no estaban ni la declaraciones que yo había llevado. No había muestras, no había nada, nada; ni los números de teléfono que yo había llevado, reportes de salidas de camiones, bitácoras. No había nada más que la pura denuncia que yo había hecho y el expediente todo arrugado y comido de ratones”, describió.
La justificación que le dieron las autoridades en ese momento fue que el expediente estaba así de descuidado porque “así los dejaron las personas que se fueron”.
Lucy se sentía fortalecida y lista para buscar sin cesar a Irma Claribel. El tiempo que había transcurrido, la ausencia, el trato de las autoridades y su omisión, le habían despertado el coraje, impotencia y la necesidad de obtener la verdad, justicia, pero sobre todo, de encontrar a su hija.
“Yo ya traía mucha fuerza, ya había pasado mi loquera ya había pasado todo, ya traía mucho coraje ya traía mucha sed de justicia y empecé a hacer búsquedas, búsquedas terrestres”, contó.
María de la Luz se unió a colectivos de búsqueda, como Grupo Vida, con Silvia Ortiz, “ella y yo juntas organizábamos las búsquedas terrestres”.
Las cifras oficiales dan cuenta sólo de 2 mil 198 denuncias interpuestas de mujeres que han sido víctimas de trata en México desde el año 2015 hasta mayo de 2019: 689 en 2015; 593 en 2016; 380 en 2017; 397 en 2018 y 139 de enero a mayo de 2019.
La Ciudad de México se colocó como el estado con mayor número absoluto de denuncias de trata de mujeres entre 2018 y 2017: con 92 y 133 víctimas en cada año, respectivamente, de acuerdo con cifras oficiales; le sigue el estado de Oaxaca con 41 casos, Chiapas y Nuevo León con 2 casos cada uno, Tlaxcala con 26 casos y Chihuahua con 25 casos.
De enero a mayo, la capital del país nuevamente acumula el mayor número de reportes de mujeres víctimas de trata en lo que va de 2019, con un total de 49 casos, le sigue Chihuahua, con 29 casos. Las demás entidades federativas no reportan más de 9 casos. Baja California y Oaxaca han reportado 9 casos cada una; Nuevo León, 8 reportes; Chiapas, Guerrero y Puebla, cinco casos cada una; Estado de México y Zacatecas, cuatro casos; Sinaloa.
Chihuahua es el estado con la mayor tasa de denuncias víctimas de trata de personas con 1.48 víctimas por cada cien mil mujeres, seguido por Ciudad de México con .90. Sin embargo, se estima que las cifras oficiales no muestran la realidad pues se estima que hay un alto número negro de víctimas que no denuncian el delito.
El Diagnóstico sobre la Situación de la Trata de Personas en México, realizado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos en 2016, arrojó que el 93 por ciento de las víctimas de trata son mujeres. De acuerdo con el informe, el 93 por ciento de las víctimas de trata son mujeres.
PISTAS DEL CASO
La madre de Irma también ha participado en la organización de Caravanas de Búsqueda de Personas en Vida, junto con el activista Julio Sánchez Pasillas. “Él organizó la primera y segunda Caravana. Yo organicé la tercera y la cuarta, y ya ahora en la quinta, él la organizó el solo”.
Durante la Cuarta Caravana de Búsqueda, una persona “reconoció” la fotografía de Irma Claribel y aseguró que había visto a la joven en el centro de una ciudad ubicada en Jalisco.
La investigación se enfocó a buscar en el punto señalado por los testimonios. María de la Luz se muestra esperanzada, pues afirma que los indicios son fuertes.
“Parece que sí es, estamos esperando esta semana porque fueron las autoridades para investigar más. Mi hija fue víctima de trata hasta ahorita las investigaciones nos dicen que esta en situación de calle, indigente. Entonces es eso.
PIDE BÚSQUEDAS REALES
Lucy inició recientemente otro colectivo en Coahuila y planea seguir con las búsquedas en vida en diversos estados de la República.
La activista lanzó un llamado a las autoridades para que en realidad pongan interés en las búsquedas pues dijo, con base a su experiencia, que muchas ocasiones los funcionarios parece que buscan pero “sin querer encontrar”.
Explicó que desde hace dos meses que obtuvieron los indicios de que su hija estaba en el centro de una ciudad, y se planeó un operativo, pero que no se pudo realizar el rescate por malentendidos y especulaciones entre policías a la hora de hacer el operativo.
“Fueron las autoridades a ese lugar hace como dos meses, según ellos a tratar de hacer el rescate, y no detuvieron a la chica (que se presume podría ser su hija) que por qué unos se atuvieron a otros. Unos creen que la tenían los policías, y los policías creían que la tenían los del Ministerio Público, y no sé qué, total que no pasó, pero yo sigo con mi investigación”.
Concluyó: “yo solo pido búsquedas reales, no sólo pido por la búsqueda de mi hija, sino por todos los desaparecidos que son más de 40 mil, pero que sean búsquedas reales y que quieran encontrar a las personas”.
De acuerdo con el Informe Global sobre Trata de Personas 2016 de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el 71 por ciento de las víctimas son mujeres. La desigualdad de género es también evidente con las víctimas menores de 18 años de edad, ya que las niñas y las adolescentes representan el 20 por ciento de las víctimas totales. En cuanto a las modalidades de explotación por sexo, se observa que las niñas y mujeres son víctimas de trata con fines de explotación sexual en 96 por ciento, mientras que hombres y niños en 4 por ciento.
La ONU aseguró en su informe que en América, México es el quinto país de flujo de trata de personas entre Norte y Centroamérica y el Caribe, por detrás de países como Estados Unidos, Trinidad y Tobago, Barbados y Panamá, que son sobre todo principales destinos para las víctimas.