Home Desaparición forzada ¿Dónde están? Pamela, Vanessa y Viviana tienen meses sin estar en casa: desaparecieron en la Ciudad de México

¿Dónde están? Pamela, Vanessa y Viviana tienen meses sin estar en casa: desaparecieron en la Ciudad de México

by adminj85jshgn 16 julio, 2019 0 comment

La reciente desaparición y asesinato de Daniela Ramírez Ortiz, de 18 años, colocó en el ojo público las desapariciones de jóvenes mujeres en la Ciudad de México. Pamela Gallardo, Mariela Vanessa y Viviana Garrido, son casos que también han trascendido por las condiciones o circunstancias en que desaparecieron y porque sus familiares han mantenido vigente sus búsquedas y sus exigencias de localización. Pero de las tres chicas aún no se sabe nada.

La Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJ-CDMX) reconoce en su portal de Datos Abiertos al menos 15 feminicidios registrados en la Alcaldía de Tlalpan desde 2016 a mayo de 2019: 5 registrados en el año 2016, 5 en 2017, 4 en 2018 y 1 en lo que va de 2019. Además, la Ciudad de México es la que, en número absolutos, concentra el mayor número de denuncias del delito de trata de mujeres entre el año 2017 a mayo de 2019. El año 2017, reportó un total de 92 denuncias de víctimas; 2018, 136 víctimas y de enero a mayo de 2019 la capital acumula un total de 49 casos.

Pamela Gallardo Volante, 23 años, Mariela Vanessa Díaz Valverde, 21 años, y Viviana Garrido Ibarra, 32 años, son tres jóvenes mujeres que desaparecieron en la capital del país, en distintos hechos, y hasta la fecha sus familias siguen en un laberinto lleno de incertidumbre, pues aún no tienen un rastro de ellas y denunciaron también escasos avances en las indagatorias.

La reciente desaparición y asesinato de Daniela Ramírez Ortiz, de 18 años, después de abordar un taxi en Xochimilco y alertar por mensajes de WhatsApp que era secuestrada, colocó de nuevo en el ojo público las desapariciones de mujeres en la Ciudad de México.

Los casos de Pamela, Mariela Vanessa y Viviana, también han trascendido por las condiciones o circunstancias en las que desaparecieron y porque sus familiares han mantenido sus exigencias de localización, así como las denuncias de la revictimización que han sufrido. Sin embargo, las historias de estas chicas son sólo una parte de los cientos de mujeres desaparecidas que hay en la capital del país y de las miles que permanecen ausentes en todo el territorio nacional.

De las más de 40 mil personas desaparecidas que se tiene registro en México, al menos 9 mil 327 son mujeres, de acuerdo a las cifras del Registro Nacional de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED) actualizadas hasta abril del año pasado. Se estima que en la Ciudad de México hay al menos 342 mujeres desaparecidas.

PAMELA GALLARDO

Guadalupe Pamela Gallardo Volante lleva un año con ocho meses desaparecida. La joven de 23 años de edad fue vista por última vez el 4 de noviembre de 2018 en un festival de música electrónica Soultech, al que asistió con su novio en el kilómetro 13.5 de la autopista Ajusco-Picacho, en la Alcaldía de Tlalpan. Desde entonces, no se ha vuelto a saber más de la joven.

Hasta ahora, la familia no tiene ningún rastro de la chica, y las investigaciones no parecen avanzar.

“La verdad seguimos en la misma situación. Ya han mandado a citar a unas personas, porque ya habían encontrado el teléfono de mi hermana, y pues no, al final no dio para ninguna dirección”.

El familiar dijo que la investigación no ha mantenido un ritmo regular debido al constante cambio o rotación de servidores públicos dentro de la Procuraduría General de Justicia capitalina. Ejemplificó que hace apenas un mes despidieron al secretario del anterior Fiscal de desapariciones, y que será el próximo lunes cuando la familia de Pamela conocerá al nuevo fiscal que llevará el caso.

“Hoy ya llegamos al tercer Fiscal y es básicamente volver a contar la historia, a establecer otras líneas de investigaciones, y ver qué tipo de trabajo quiere hacer, si quiere aportar algo. El próximo lunes a penas nos van a presentar con él”.

ALERTA POR LA SEGUNDA OSAMENTA EN PARRES

Daniela Ramírez –la más reciente joven desaparecida por la zona del Ajusco y sus alrededores– cumplía 51 días de desaparecida cuando las autoridades capitalinas “intensificaron” su búsqueda y montaron un operativo en la zona de Parres Guardia, el último lugar donde arrojó su señal de celular y donde la joven alertaba que era llevada por un taxista.

La diligencia se realizó luego de que el caso de Daniela –que llevaba dos meses en presunta investigación – se viralizó en redes sociales después de un reportaje de SinEmbargo, publicado el 6 de julio, donde se mostraron las capturas de pantalla de los últimos mensajes y llamada de auxilio de la joven.

El 9 de julio, la Procuraduría General de Justicia informó que elementos de la Fiscalía Especializada para la Búsqueda, Localización e Investigación de Personas Desaparecidas peinaron la zona. En el operativo en Parres se encontraron dos osamentas, unos brakets, así como algunas prendas de vestir. Personal policíaco filtró a reporteros de nota roja que una parte de los restos humanos al parecer pertenecían a Daniela Ramírez, incluso antes de informar oficialmente a la familia de la joven.

Posteriormente, un hombre cercano a la familia aseguró a medios de comunicación que los restos pertenecían a la chica, pues presuntamente se había reconocido las ropas y los brakets.

Sobre la segunda osamenta poco se ha dado a conocer al respecto, sin embargo, en algunos medios se comenzó a especular y a relacionar a Pamela Gallardo con el caso, debido a que desapareció por la zona.

Esteban Gallardo, hermano de Pamela, comentó a SinEmbargo que al enterarse de la localización de los restos en Parres, la familia de Pamela solicitó a la Procuraduría capitalina una confronta del ADN.

“Sí hay alerta porque es una situación que debe atenderse porque al final son dos osamentas las que hallaron […]. Nosotros cuando nos enteramos de eso, cuando yo me enteré de la noticia, de inmediato le pedimos a nuestro MP la solicitud de la confronta de ADN”, dijo.

No obstante el joven denunció que las autoridades nuevamente no muestran celeridad y prioridad al caso, pues al parecer quieren realizar el examen hasta septiembre.

“Dijeron que apenas van a mandar las solicitudes para ver si se hace la confronta, cuando es un tema de urgencia”, expresó el familiar.

La segunda osamenta hallada no tenía prendas, según tiene conocimiento Esteban. “No sabemos en qué situación se encuentra la otra y en qué grado de descomposición pueda estar, si está muy deteriorado, si requiera más trabajo, pero ahí el tema es muy claro: al estar en esa zona, al estar en la zona de Tlalpan, ahí las confrontas de ADN urgen”, reiteró el joven.

La familia de Pamela, desde los primeros meses de la desaparición, entregó a la Procuraduría capitalina un diente de ella –que tenían en su casa–, para obtener su ADN.

La mayoría de los feminicidios en Tlalpan –al menos 11– se registraron en diversos puntos de la zona que rodean las carreteras Picacho–Ajusco, Picacho Valle Valdivia, carretera México–Ajusco y la Autopista Sur México Cuernavaca.

En cuanto a homicidios dolosos, la Procuraduría capitalina reporta que en el municipio de Tlalpan se han cometido al menos 260 asesinatos, desde 2016 a mayo de 2019. La mayoría de los asesinatos se concentran en la zona San Miguel Topilejo (33 casos); San Andrés Totoltepec (19 casos) y Santo Tomás Ajusco (17 casos) y San Miguel Ajusto (11 casos).

LA DESAPARICIÓN DE PAMELA

El 4 de noviembre de 2017, Pamela concluyó temprano su jornada laboral en el restaurante Javier, ubicado en la delegación Gustavo Madero. Luego regresó a casa para alistarse y salió alrededor las 17:30 horas junto con su novio Jesús hacía el evento de música electrónica.

Como no era la primera vez que Pamela acudía a este tipo de eventos, la familia no la esperó ese mismo día, pues desde hace tres años, la joven asistía a festivales que duraban al menos 24 horas y retornaba al día siguiente, entre las cinco y siete de la tarde.

Un día después, María del Carmen Volante –madre de Pamela– trató de comunicarse con ella, pero su celular estaba apagado. Llamaron al novio, enviaron mensajes y cerca de las seis de la tarde, Jesús respondió a uno de los WhatsApp enviados e informó que ya estaban por retornar. Cayó la noche y Pamela no regresó a casa.

La mamá insistió con el novio por la madrugada, fue entonces que él le informó que habían peleado y no sabía dónde estaba ella.

El lunes 6 de noviembre, Esteban Gallardo –hermano de Pamela– acudió a interponer la denuncia en la Delegación Tlalpan y en la Gustavo A. Madero, sin embargo en el Centro de Atención a Personas Extraviadas y Ausentes (CAPEA) le indicaron que debía de esperar 36 horas.

El novio declaró ante el Ministerio Público, el 11 de noviembre de 2017, que discutió con Pamela entre las 2 y 3 de la tarde del domingo. Que después ella se formó en la fila para tomar uno de los camiones que ofrecía el evento, que él se movió para ir a buscar una silla y a partir de entonces le perdió el rastro.

La familia de Pamela no confía en la declaración del joven, quien indicó que el mensaje que le envió a la madre de Pamela fue alrededor de las tres de la tarde pero que por la red llegó cerca de las seis de la tarde, según expresó Esteban.

El hermano de la joven reiteró que desde el inicio y hasta la fecha, las diligencias y acciones de las autoridades son muy tardías. Ejemplificó que el teléfono de Pamela fue localizado desde hace ya varios meses, y aun así, las autoridades no se movilizaron de inmediato para buscar indicios a raíz de su teléfono.

“Cuando ya se había localizado el IMEI del teléfono de mi hermana, se tardaron siete meses en realizar algunas acciones, cuando el primer Fiscal y el anterior Subprocurador ya habían sugerido que localizar su celular era una situación crucial y contundente para accionar por esa línea de investigación”, reprochó el joven.

MARIELA VANESSA

Mariela Vanessa Díaz Valverde, alumna de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), acumula un año y casi dos meses desaparecida y hasta el momento, tampoco hay rastros de su paradero.

La joven, descrita por sus familiares como una chica introvertida, tímida y “muy reservada”, desapareció la mañana del 27 de abril de 2018 cuando salió de su casa, ubicada en la colonia Fuego Nuevo en la Alcaldía Iztapalapa. Su hermana menor, que estaba en cama, escuchó cuando la joven se marchó alrededor de las ocho de la mañana. Desde entonces es como si se la hubiera tragado la tierra.

Los últimos datos de geolocalización indicaban que Mariela Vanessa estuvo en uno de los accesos al Cerro de la Estrella, dice su familia. En ese lugar se realizaron algunas búsquedas pero los binomios caninos de la Policía capitalina no encontraron ningún rastro.

Las autoridades instalaron una mesa de trabajo que daría avances de manera mensual, platica Gabriela Díaz –hermana de la joven–, pero desde en meses anteriores –a raíz del cambio de Gobierno en la capital del país– no se han realizado las reuniones de manera periódica.

“Hace poco tuvimos una reunión, pero no hay líneas de investigación, nosotros estamos pidiendo también la búsqueda de su equipo celular, pero todavía tampoco hay avances en eso”, expresó Gabriela Díaz.

Gabriela coincide con Estaban que las rotaciones o modificaciones constantes de servidores públicos retrasan los casos, lo que genera un desanimo y desgaste a los familiares de las víctimas.

“Nosotros, yo particularmente, estoy desanimada, a veces crees que las autoridades te van a ayudar, pero la verdad es que no pasa nada, y eso me hace sentir muy decepcionada”, dijo.

Finalmente, Gabriela espera que con la instalación de la nueva Comisión local de Búsqueda de Personas, venga a dar un nuevo aire y se refleje en apoyo a la búsqueda de personas desaparecidas.

“Sí hay una esperanza que lo que no hicieron en la Fiscalía, sí lo hagan en la Comisión”, añadió.

VIVIANA GARRIDO

Viviana Garrido Ibarra desapareció la tarde del pasado 30 de noviembre en la Ciudad de México, durante el trayecto del trabajo a su casa. La joven madre e ingeniera bioquímica fue vista por última vez cuando bajó de un microbús en la Calzada de Tlalpan para tomar el Metro en la estación Ermita; sin embargo, jamás llegó a su hogar.

Viviana es egresada de la carrera de Ingeniería Bioquímica Industrial de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), en Iztapalapa y llevaba dos años trabajando en un laboratorio.

El día de su desaparición era viernes, ella salió de su empleo ubicado en Santa Úrsula Copa a las cinco de la tarde y tomó una ruta de microbús junto con una compañera.

Al llegar a las cercanías del Metro Ermita, Viviana bajó del camión mientras su la colega siguió en el camión. Eso es lo último que se base de ella.

En los primeros meses de la desaparición de Viviana, sus familiares denunciaron que la Procuraduría capitalina minimizó el caso al no relacionar su desaparición con la probable comisión de algún delito, es decir, que no ha considerado otras líneas de investigación que no sean solo la ausencia de la mujer.

Los allegados de Viviana descartaron tajantemente la posibilidad que se fue por su voluntad, como se los han aludido las autoridades. Juana Garrido, hermana de la joven, ha dicho que la ingeniera es una mujer trabajadora dedicada a su empleo, a su hija menor de edad, e incluso con su comunidad.

A más de ocho meses de la desaparición, los avances son escasos y la familia sigue sin indicios del paradero de Viviana.

“Realmente no tenemos avances significativos”, expresó Juana, la hermana de la víctima.

PREOCUPA OLA DE DESAPARICIONES

La ola de desaparición de mujeres en México no es nueva y la preocupación que ha generado no se limita sólo a familiares de las víctimas, la comunidad y colectivos de búsqueda.

Organismos internacionales han mostrado inquietud por el fenómeno desde hace tiempo, tal es el caso del Comité para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), que en su último informe de observaciones al Estado mexicano manifestó el pasado 24 de julio 2018 su profunda preocupación por “la alta incidencia de desapariciones forzadas que afectan a las mujeres, ya sean víctimas directas, cuando son ellas las desaparecidas, o indirectas”.

Al respecto, también destacó su preocupación que hay por la “conexión entre el aumento de los números de desapariciones de mujeres, en particular muchachas, en todo el país y el fenómeno de la trata de personas.”

“Al Comité le preocupa que las víctimas de la trata de personas sean sometidas no solo a la explotación sexual y laboral, sino también que se les obligue a servir, entre otras cosas, como contrabandistas y esclavos sexuales. El Comité reitera su preocupación por la falta de uniformidad en la tipificación como delito de la trata a nivel estatal, y observa con preocupación que la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas. También le preocupa que el Estado parte no tenga un sistema en vigor para registrar los datos desglosados sobre la incidencia de la trata de personas y no haya abordado el problema de las operaciones internas de trata de personas”, agregó.

El organismo internacional alertó por “las barreras persistentes que siguen impidiendo la aplicación efectiva del mecanismo de alerta de violencia de género contra las mujeres a nivel federal, estatal y municipal; y los escasos datos estadísticos sobre la violencia contra la mujer desglosados por tipo de violencia y relación entre el autor y la víctima”.

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