Mariela Vanessa Díaz Valverde, estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, desapareció el 27 de abril en la delegación Iztapalapa. Los últimos datos de geolocalización indican que estuvo en uno de los accesos al Cerro de la Estrella, dice su familia, pero los binomios caninos de la policía capitalina no encontraron ningún rastro.
La familia señala que no tenía novio y tampoco problemas, pero la PGJ-CdMx no descarta que se haya ido de su hogar de manera voluntaria.
“La tienen todavía como ausente, no como desaparecida. Ellos dicen que no descartan nada, que ella se fue por voluntad propia, debido a que no hay ningún indicio. Pero no se llevó nada. Tenía ahorros en su recámara y ahí están. Dejó hasta sus lentes que usa para poder ver, sus pertenencias están intactas. Si alguien se va a ir de perdida se lleva ropa, dinero, sus anteojos”, explica Gabriela, hermana de la joven universitaria.
Mariela salió de su casa en la colonia Fuego Nuevo, Delegación Iztapalapa, el viernes 27 de abril. No dijo a dónde iba, pero dejó sus lentes, sus ahorros y sus pertenencias. La rutina habitual indicaba que la joven quizá salió a la biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Los últimos datos de geolocalización de su celular revelaron que estuvo en uno de los accesos del Cerro de la Estrella.
La familia señala que Mariela Vanessa Díaz Valverde, de 21 años, no tiene novio ni problemas con los miembros de su familia –dos hermanas, su padre y su mamá–, que es tímida y que el día que desapareció no se llevó nada, ni siquiera el dinero que guardaba en su recámara.
Pero el Ministerio Público del Centro de Apoyo de Personas Extraviadas y Ausentes (Capea), a un mes y una semana de su desaparición, la mantiene como “persona ausente” y no como desaparecida por falta de indicios de algún delito, dice Gabriela Díaz Valverde, hermana de Mariela.
“No sabemos a dónde iba, no dejó dicho, no le avisó a nadie. Su rutina de un viernes normal era quedarse en casa todo el día o irse a la biblioteca de CU. Los datos de geolocalización que sacamos de su cuenta de Google indican que estuvo en uno de los accesos del Cerro de la Estrella y de ahí se pierde, ya no hay nada”, narra Gabriela.
La hermana de Mariela dice que el Ministerio Público de Capea no tiene ninguna línea de investigación y no ha encontrado ningún indicio que haga sospechar que hay algún delito.
“La tienen todavía como ausente, no como desaparecida. Ellos dicen que no descartan nada, que ella se fue por voluntad propia, debido a que no hay ningún indicio. Pero no se llevó nada. Tenía ahorros en su recámara y ahí están. Dejó hasta sus lentes que usa para poder ver, sus pertenencias están intactas. Si alguien se va a ir de perdida se lleva ropa, dinero, sus anteojos”, explica.
Gabriela asegura que la estudiante de Letras Hispánicas no tenía problemas con alguna persona y que los días previos a su desaparición transcurrieron con normalidad con sus dos hermanas y sus padres.
BUSCARON …TRES SEMANAS DESPUÉS
La hermana de Mariela dice en entrevista con SinEmbargo que las autoridades capitalinas que llevan el caso de su hermana han sido negligentes.
Desde que la joven desapareció, la familia sostiene que entregó al MP los datos de geolocalización de su celular y fue hasta tres semanas después cuando ingresaron a la zona del Cerro de la Estrella con binomios caninos para buscar algún rastro de Mariela.
“Es un proceso bastante duro en el que hay negligencia por parte de las autoridades. No hay una sola línea de investigación, no hemos visto videos; hubo una diligencia con Protección Civil y policías con binomios caninos en el Cerro de la Estrella en busca de un cadáver, a ver si encontraban algo, algún olor, pero fue tres semanas después de la desaparición. Nosotros entregamos los datos de geolocalización de donde estuvo mi hermana el 27 de abril dos días después, y hasta el 23 de mayo fueron”, detalla la joven.
Gabriela describe a Mariela como “tímida y reservada”, dedicada a sus estudios. Una de las compañeras de la joven declaró que el lunes 30 de abril tenían una reunión para un trabajo en equipo.
Días después de su desaparición, representantes de la Facultad de Filosofía y Letras emitieron un comunicado sobre la desaparición de la estudiante.
“La comunidad de la Facultad demanda la aparición inmediata de Mariela Vanessa y exige a las autoridades competentes de la Ciudad de México que realicen las investigaciones conducentes para encontrar a nuestra estudiante”, dice el comunicado.
El 7 de mayo, familiares, amigos y conocidos de Mariela se manifestaron en Ciudad Universitaria. Quince días después, el 15 de mayo, volvieron a marchar en el campus.
A través de Facebook Gabriela recriminó: “a un mes de la desaparición de mi hermana y las autoridades sin ninguna respuesta. Imperdonable que no hayan reaccionado inmediatamente, poniendo en juego la integridad de Mariela Vanessa Díaz Valverde”. La Ciudad de México tiene registro de 797 personas desaparecidas.
A CONTRA RELOJ
La desaparición de la estudiante de la UNAM mantiene a su familia sumida en la preocupación, debido a que no tiene idea alguna sobre qué pasó con la universitaria.
“No tenemos ni idea de qué pudo haber ocurrido. Estamos alarmados, la conocemos, sabemos que ella nunca había hecho este tipo de cosas, como las que nos han dicho las autoridades de que se fue con el novio. Sabemos que algo le pasó”, afirma la hermana.
Aunque la familia de Mariela aún tiene confianza en que la hallarán, el tiempo está en contra de la joven: son cinco semanas sin saber de ella.
“Tenemos la esperanza aún de encontrarla con vida, pero también nos preocupa esta situación de que no vemos realmente una búsqueda intensa de mi hermana. Cada día que pasa es vital y llevamos un mes esperando”, dice.
La Universidad, agrega, les ha proporcionado el acompañamiento de un abogado y la comunidad universitaria ha dado muestras de solidaridad a la familia, pero la búsqueda por parte de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México es lenta.
“Mis papás están muy preocupados, no pueden dejar el trabajo, porque con qué continuamos nosotros. Está la presión de estar de aquí para allá, de no poder comer a veces, y la angustia constante y la desesperación de que no hay ni una pista”, narra.
La ficha de localización de la PGJ indica que Mariela mide 1.60 metros, es delgada, de cara ovalada, morena clara, tiene labios gruesos y un lunar en el lado izquierdo del mentón.
La Procuraduría indica que se desconoce la ropa que vestía el viernes 27 de abril.
“Ella salió cuando no estábamos mis papás y yo en la casa. La única que estaba era mi hermana menor pero no la vio salir, nada más la escuchó. Revisando sus cosas lo único que podemos decir es que llevaba unos tenis cafés”, dice Gabriela.