Jackline Chepnego se suicidó después de que su maestra la humilló frente a toda la clase por mancharse durante su primera menstruación
El 6 de septiembre, Jackline Chepnego, de catorce años, se suicidó después de que su maestra la humillara frente a todo el salón por tener su primer periodo. El caso representó una falla en el programa gubernamental de Kenia por normalizar la menstruación.
Según la madre de la niña, Jackline había manchado su uniforme ya que era su primer periodo y no contaba con una toalla sanitaria. Fue entonces que la maestra de la niña la llamó “sucia” frente a todo el salón y la obligó a salir de clase.
Cuando Jackline regresó a su casa, le contó a su madre todo lo ocurrido y, posteriormente, se suicidó. Ese mismo día, los padres presentaron una denuncia a la policía local. Sin embargo, ante la falta de respuesta por parte del gobierno, cuatro días después un grupo de padre se manifestó frente a la escuela.
Una maestra y un guardia intentaron detener el paso de los manifestantes, por lo que la reja de la escuela fue derribada en protesta. La policía dispersó a los protestantes con gas lacrimógeno y arrestó a cinco de los manifestantes.
El caso de Jackline Chepngeno ha llamado la atención sobre la ley de 2017 en la que Kenia se comprometió a distribuir toallas sanitarias gratuitas en todas las escuelas del país.
Esta medida se volvió necesaria pues la falta de acceso a productos sanitarios obligaba a las niñas de Kenia a faltar a la escuela durante su periodo. Según un estudio de la UNICEF, una de cada diez niñas africanas deja de ir a la escuela durante la menstruación. Es decir, hay una ausencia de cuatro días cada cuatro semanas, por lo que las niñas podrían perder hasta 20% de sus clases.
La ley de Kenia destina cerca de $4.5 millones de dólares al programa de toallas sanitarias gratuitas. Sin embargo, se estima que el monto tendría que ser diez veces más grande para poder atender a todas las niñas del país.
En redes sociales ha surgido un movimiento a favor de la educación sexual de las niñas, en la que se deje de satanizar la menstruación. A partir de una educación integral de padres y maestros se podría evitar un nuevo caso como el de Jackline Chepnego.
Algunos otros han cambiado sus fotos de perfil por imágenes rojas, con la intención de quitarle el estigma a la sangre de la menstruación. Igualmente, el 11 de septiembre, un grupo de mujeres del Ministerio Público ocuparon el Ministerio de Educación para iniciar una investigación más profunda del caso. ¿Logrará Kenia quitarle el estigma negativo a un proceso natural del cuerpo femenino? ¿O se seguirá discriminando a las mujeres por ser mujeres?