La alcaldesa de Chihuahua, María Eugenia Campos, propuso cursos de cocina para combatir el feminicidio en Chihuahua. La funcionaria propuso cursos de quehaceres domésticos para “reforzar la identidad en las mujeres”.
A María Eugenia Campos, presidenta del Partido Acción Nacional (PAN), se le cuestionó acerca de las acciones ye estrategias del gobierno para prevenir y frenar los asesinatos en contra de las mujeres.
Ella dijo que esta tarea debía ser prevenida y contenida mediante instancias tanto de seguridad pública como social y económica.
Así mismo, y según lo relatado, inició un curso de cocina y costura. Definió el objetivo del mismo de la siguiente manera:
“Las mujeres aprendan artes y oficios…a través de esos talleres les enseñamos a las mujeres también cómo tener su independencia económica, cómo reforzar su seguridad, su identidad”.
Esta funcionaria también inauguró un Programa de Superación en Acción para capacitar a las mujeres en el área del estilismo y la belleza.
¿Alguien tiene idea de cómo combatir el feminicidio?
A lo largo de los años se han acumulado declaraciones muy desafortunadas alrededor de las causas, formas de castigo y prevención no sólo de los feminicidios, sino de la violencia de género contra las mujeres.
Algo hay de cierto en la declaración de la alcaldesa: las mujeres necesitan dependencia económica, pero también certeza en materia de salud, y de derechos, sin embargo, no los obtendrán en un curso de belleza o de cocina, se necesita la presencia femenina en más espacios.
Los feminicidios son sólo la parte más visible de la violencia contra las mujeres, antes de ello hay otras agresiones:
“… los tipos de violencia representan mecanismos para conservar y reproducir la situación de subordinación de las mujeres ante el ejercicio de poder masculino en diferentes ámbitos. Se enfatiza la necesidad de estudiar en fenómeno desde quienes lo afrontan, para ubicar sus manifestaciones y efectos en aras de evitar el feminicidio”.
Por ello sería importante, primero, contextualizar la violencia feminicida, establecerla dentro del código penal mediante una definición que considere todos los tipos de violencia y no sólo la física y sexual.
Después, establecer programas sociales que prevengan la violencia no sólo en el entorno doméstico o familiar, sino en el social. Poner toques de queda o cursos de cocina no mejorarán la situación de las mujeres, sólo enmascaran el problema y ridiculizan la situación.