En México, siete mujeres mueren todos los días a causa de la violencia de género, según datos del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio. Como bien sabemos, el Estado de México es una de las entidades federativas con mayor número de mujeres asesinadas, sobre todo en los municipios de Ecatepec, Chimalhuacán y Nezahualcóyotl.
Esta última localidad es el hogar de Sonia Madrigal, fotógrafa mexicana que estudió Informática en la Universidad Autónoma de México (UNAM) y cursó talleres de fotografía en la Fábrica de Artes y Oficios (FARO) de Oriente y Tláhuac con Mark Powell.
Asimismo, ha participado en exposiciones en México, Chile, Brasil, Perú, Argentina, Italia, España y Estados Unidos, y su trabajo ha sido publicado en medios internacionales.
Las temáticas socioculturales son el principal eje de sus proyectos, y el feminicidio no podía quedar fuera, no solamente porque es uno de los problemas sociales que más han afectado al país sino porque Sonia, al vivir en el municipio de Nezahualcóyotl, ha sido testigo de la extrema violencia de género que sufren las mujeres diariamente.
“La muerte sale por el oriente” es el nombre del proyecto que comenzó en 2014 y que continúa hasta al fecha. Fotografía documental, intervención de territorio y mapeo digital colectivo son las tres acciones que conforman este trabajo.
Fotografía documental
Uno de los eventos que la cámara de Sonia Madrigal ha capturado es la colocación de las Cruces de Chimalhuacán, una acción iniciada por Irinea Buendía, madre de Mariana Lima, una de las tantas víctimas de feminicidio en México.
En 2016, el personal de la presidencia municipal arrancó dos cruces pero Irinea, otros familiares de víctimas, vecinos de la zona y otras organizaciones se movilizaron para volver a ponerlas y protestar.
Este memorial significa para nosotras que a nuestras hijas siempre las tendremos presentes, porque nosotras sí tenemos memoria. —Irinea Buendía, fragmento del discurso que dio en el aniversario luctuoso de su hija Mariana.
Intervención de territorio
En lugares alejados y considerados peligrosos, Sonia ha colocado siluetas femeninas recortadas de la superficie de un espejo que sirven como recordatorios de los riesgos que continúan viviendo las mexicanas e igualmente son un monumento para aquellas que han sido asesinadas.
¿En cuáles de esos espejos se habrá visto reflejado un violador o un asesino? —Juan Antonio Molina, crítico de arte y curador independiente.
Mapeo digital colectivo
Por medio de registros basados en notas de prensa y con la colaboración de organizaciones y otras personas, la fotógrafa mexicana ha emprendido un mapeo digital en el que ubica geográficamente las localidades donde se han hallado cuerpos de víctimas de feminicidio, visibilizando la violencia de género que sufre el país.
Esta iniciativa ha inspirado la creación de otros mapeos, como es el caso del proyecto Violencia Feminicida Ecuador que el Colectivo Geografía Crítica lanzó en 2016.