Que un país caracterizado por el machismo y altos índices de violencia contra la mujer asuma esta postura implica un viraje que de concretarse podría convertirse en un buen ejemplo para favorecer a toda la región, no en vano es el primero en declararse como tal en América Latina. Pero los cambios también deben trasladarse a lo doméstico, advierten expertos.
México se convertirá en el primer país de Latinoamérica en adoptar una política exterior feminista. Así lo anunció la viceministra de Asuntos Exteriores de ese país, Martha Delgado Peralta, en días recientes durante el festival Global Citizen en Nueva York. ¿El objetivo? Que se cumpla la Agenda 2030 de las Naciones Unidas de la que la igualdad de género forma parte.
«El año que viene, México adoptará un nuevo plan de política exterior feminista que pondrá la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer en el centro de nuestra agenda diplomática», dijo Delgado Peralta.
La noticia se suma a una serie de importantes iniciativas a favor de la equidad de género en el mundo. Hace pocos días Melinda Gates también informó que su fundación donará un billón de dólares para promover la igualdad de género en Estados Unidos.
“Quiero ver a más mujeres en la posición de poder tomar decisiones, controlar recursos y moldear políticas y perspectivas”, dijo en una carta abierta publicada en la revista Time. Un mensaje que se alinea claramente con la promesa de una política exterior feminista que ahora México asume como bandera.
Ya otros como Suecia, Canadá y Francia lo han hecho, pero que un país como México –para muchos epítome del machismo– y con una elevada tasa de feminicidios y abusos contra las mujeres asuma una política exterior feminista tiene un gran impacto, siempre y cuando trascienda el discurso político y se implemente con todas las de la ley en la praxis, advierten expertos en la materia.
“Es un compromiso político y deberá verse reflejado en la política exterior gubernamental. Esperamos que México comience a operacionalizar este compromiso a mediados de 2020. Global Citizen le exigirá al gobierno de ese país que rinda cuentas para asegurarse de que las palabras vengan acompañadas con acciones tangibles y planes concretos”, dice en conversación con Univision Noticias Leticia Pfeffer, directora de Políticas Globales y Asuntos Públicos de Global Citizen.
¿Qué cambia?
Entre los compromisos que ha asumido México como parte de su política externa feminista están el mandato de designaciones equitativas de género de embajadores(a)s para avanzar en los derechos de la mujer y niñas a través de sus compromisos internacional en la ONU y otros foros globales.
Pero para que de verdad se implemente una política exterior feminista, deberá hacer mucho más. “No es posible tener una política exterior feminista sin una política doméstica. Es necesario que los valores feministas se incorporen en cada rincón del sistema político mexicano”, explica a Univision Noticias Marissa Conway, fundadora del Centro para una Política Externa Feminista, una organización con bases en Londres y Berlín.
En pocas palabras define así la clave de una política exterior feminista exitosa: “Nada sobre ellas sin ellas”.
“Es de vital importancia para una política externa feminista que quienes experimentan las consecuencias de las políticas de Estado sean incluidas en el proceso de redactarlas”, subraya. Recalca que “los líderes políticos que habitualmente pertenecen a la élite y no conocen la realidad de estas mujeres no están en capacidad de redactar políticas exitosas para reducir y prevenir la violencia de género».
Cada dos horas y media una mujer es víctima de la violencia de género en México. ¿Cambiará algo este anuncio para esas mexicanas?
Para Pfeffer, aunque la política exterior feminista no vaya dirigida específicamente al problema de los feminicidios y la violencia contra la mujer, “sí sugiere un cambio en las políticas de México hacia el alcanzar una sociedad más justa en materia de género en la que los derechos de las mujeres son valorados y protegidos”.
¿En qué consiste?
La idea fundamental en la que se basa una política exterior feminista es que la igualdad de género es vital para erradicar la pobreza extrema y alcanzar las metas globales, explica Pfeffer, de Global Citizen. “Como comunidad global no podemos avanzar si continuamos frenando al 50% de la población”, asegura.
En consecuencia, puntos clave como derechos humanos, libertad de la violencia, promoción de paz, derechos reproductivos y sexuales, derechos de la salud y empoderamiento económico se abordan desde una perspectiva de género.
No existe un concepto claro y cada país lo ha ido adaptando –a veces por conveniencia– a su visión. Suecia fue el primero en definir su política exterior como feminista en 2014. Allí, la igualdad de género es una prioridad en todas las políticas del gobierno, no sólo en cuanto a toma de decisiones, sino también en representación y asignación de recursos. La perspectiva de género se incluye en todos los lineamientos domésticos e internacionales.
Hoy por hoy, tiene igual proporción de mujeres y hombres en cargos ministeriales, 44% del parlamento está compuesto por mujeres y tiene la tasa de empleo de mujeres más alta de la UE (78%).
Otros países como Canadá o Francia que también se han proclamado como feministas no han hecho cambios tan profundos. ¿Podrá México alcanzar los niveles de inclusión de Suecia?
“Lo que ha funcionado para Suecia no necesariamente funcionará para otros países. Para que una política exterior feminista mexicana sea exitosa deberá centrarse en las preocupaciones de las comunidades marginalizadas tanto en México como en los países impactados por su política exterior. El gobierno mexicano debe ser proactivo y contactarlas a ellas, a la comunidad LGBT y a los indígenas para que las preocupaciones y voces de estos formen parte del proceso de creación de políticas”, insiste Conway.