Un grupo de feministas y estudiantes de ingeniería se confrontaron en CU
Este jueves 7 de noviembre se registró una confrontación entre estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la UNAM y un grupo de manifestantes feministas tras una protesta contra el acoso y la violencia.
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Esta confrontación, se dio mientras se llevaba a cabo una marcha contra la violencia en Ciudad Universitaria de la UNAM.
Los disturbios que se generaron entre alumnos y el grupo feminista que se manifestaba contra la violencia en la máxima casa de estudios ocurrieron por la zona de la Facultad de Ingeniería.
Según reportes, las agresiones comenzaron cuando el grupo feminista intentó pasar por la Facultad de Ingeniería para ir hacia ‘Las Islas’.
¡Fuera, fuera! ¡Así no se defiende el feminismo! ¡Si piden respeto, muestren respeto, fuera de nuestra facultad!, gritaban los alumnos de ingeniería al grupo feminista.
Las manifestantes feministas comenzaron el recorrido de su marcha contra la violencia en la UNAM en la Facultad de Filosofía y Letras.
Sin embargo, los disturbios terminaron con vidrios rotos, máquinas de comida saqueadas y destrozos en la Facultad de Filosofía y en la de Ciencias Políticas también.
Violencia en la UNAM
Estos disturbios ocurridos durante la marcha contra la violencia en la UNAM entre estudiantes de ingeniería y un grupo feminista han desatado una crítica en redes sociales:
¿Por qué las pintas en baños de la Facultad de Ingeniería que invitaban a violar mujeres no causan tanto ruido como las pintas de feministas contra la violencia?
@Zulzmario, un usuario de Twitter, planteó este cuestionamiento luego de que se dieran los destrozos en la UNAM durante la marcha contra la violencia.
Las pintas hechas hoy en las instalaciones de la UNAM fueron catalogadas en redes sociales como ‘disturbios hechos por feministas’ o incluso por ‘feminazis’.
En cambio, las pintas hechas en los baños de la Facultad de Ingeniería en 2018 en donde se leía “Si ves a una feminazi en estos baños viólala, ella se lo buscó. Ingeniería es para hombres” fue considerado por la UNAM como un ‘incidente aislado’.
Incluso cuando un tema tan delicado como la seguridad de su alumnado ha sido cuestionado, la UNAM ha guardado silencio. Mientras tanto, Rodolfo González, director de Comunicación Social de la UNAM, consideró esas pintas como “un jueguito perverso” cuando le entrevistamos al respecto.
Entonces, si la UNAM dice ser una institución educativa segura para sus alumnos y sobre todo alumnas, ¿por qué desestimar el discurso de su protesta, sus miedos, sus gritos que piden a su propia alma máter ayuda y menos violencia? ¿Por qué satanizar un discurso que ha nacido de agresiones e inseguridad y por qué suavizar el discurso de violencia contra las mujeres de la institución?