En el primer trimestre de 2019, las usuarias del Sistema de Transporte Colectivo (STC) denunciaron casos de acoso, abuso sexual e intentos de secuestro dentro de las instalaciones del Metro CDMX. Meses más tarde, el gobierno capitalino respondió con el programa “Paremos la violencia”. En medio de las medidas para contener y erradicar la violencia de género, ONU Mujeres reveló que en CDMX, 96% de las mujeres ha sufrido algún tipo de agresión sexual en las calles o en el transporte público.
De acuerdo con ONU Mujeres, estos ataques suceden de manera cotidiana en el transporte y la vía pública —los traslados del Metro, microbús e incluso al pasar por algún paradero, siempre en alerta ante cualquier situación.
“Dejemos de hacerlo”
Para las mujeres no resulta sencillo desplazarse por la gran CDMX. Si bien se han realizado campañas por parte del gobierno de Claudia Sheinbaum para erradicar la violencia en el Metro, por ejemplo; las ciudadanas aún consideran que no es seguro transitar por el territorio chilango.
Ante este panorama, ONU Mujeres lanzó la campaña “Dejemos de hacerlo”, que va dirigida tanto a hombres como mujeres. ¿De qué va este proyecto? “Es para que los hombres jóvenes puedan reconocer que la violencia sexual es algo que han cometido a lo largo de sus vidas y, por otra parte, hacer un llamado a la acción”, explicó Belén Sanz, directora de ONU Mujeres.
La campaña de ONU Mujeres
Y es que después de acceder a datos sobre la violencia de género, la ONU llevó a cabo un estudio —con un grupo focal de hombres— para topar qué tanta aceptación tendría esta campaña.
¿Los resultados? Los participantes sólo reconocieron la violencia sexual cuando se trata de acciones evidentes como la violación o los tocamientos. Pero los hombres también normalizan acciones menos visibles como las miradas lascivas o piropos, ya que no consideran que estos actos atenten contra las mujeres.
Hay más. Los hombres rechazaron las iniciativas relacionadas con la igualdad de género —a menos de que estos mensajes fueran emitidos por otros hombres, sin que el mensaje sea impositivo.
Es más, si los mensajes se presentan con logotipos o “representaciones” institucionales, los hombres perciben que se trata de una campaña contra ellos y hasta se les intenta aleccionar, explicó Belén Sanz. Este factor se tomó en cuenta para entonces poder elaborar la campaña de la ONU.
¿Y qué sigue tras estas campañas? Su seguimiento y evaluación en estándares y criterios internacionales. Vale mencionar que ante la pregunta de qué tan efectivas son estas campañas, la directora de ONU Mujeres ejemplificó su impacto con el proyecto #NoEsDeHombres, en la que hubo cierta eficiencia para que los hombres identificaran las conductas de acoso. Ojo, estas campañas no son para aleccionar. El objetivo es concientizar sobre la construcción de los espacios públicos para todas y todos, sin violencia.