La policía femenil se vio rebasada por el contingente más radicalizado a la altura de las avenidas Insurgentes y Reforma, donde se encuentra el Monumento a Cuauhtémoc. Esa columna estaba “blindada” con unas láminas para evitar que fuera vandalizada, pero de poco sirvió la protección. Decenas de jóvenes derribaron las vallas, realizaron pintas e incluso prendieron fuego a madera en el sitio.
La manifestación contra la violencia a las mujeres en la Ciudad de México volvió a salir de control cuando un grupo nutrido de mujeres encapuchadas rompieron los cinturones de paz, dispuestos por el Gobierno de la Ciudad de México, y comenzaron a romper e incendiar mobiliario urbano.
En la retaguardia de la marcha se concentraron estos grupos que, al menos durante este año ya causaron daños sensibles a instalaciones y monumentos de la capital del país.
Enmascaradas protagonizaron una serie de actos vandálicos que fueron desde la realización de pintas hasta la destrucción de las vallas instaladas por autoridades capitalinas para proteger monumentos y comercios del paso del contingente.
La policía femenil se vio rebasada por el contingente más radicalizado a la altura de las avenidas Insurgentes y Reforma, donde se encuentra el Monumento a Cuauhtémoc. Esa columna estaba “blindada” con unas láminas para evitar que fuera vandalizada, pero de poco sirvió la protección. Decenas de jóvenes derribaron las vallas, realizaron pintas e incluso prendieron fuego a madera en el sitio.
La policía capitalina respondió sólo lanzando líquido de extintores a las manifestantes para dispersarlas, pero poco pudieron hacer. Las policías, con sus chalecos verdes y escudos, cada ciertos metros corren para alcanzar a las manifestantes. Unas van de la mano para evitar que rompan su cerco.
En el Hemiciclo a Benito Juárez, en la Alameda Central, las manifestantes con pasamontañas y vestidas de negro también realizaron pintas sobre el monumento. Algunas incluso trataron de romper las figuras que adornan ese sitio.
También se reportó la ruptura de cristales de anuncios publicitarios y de algunos comercios, mismos fueron destruidos por las manifestantes con mazos y martillos que llevaron a la movilización.
Además, se han denunciado agresiones en contra de algunos hombres que se cruzaron con la movilización; en un caso, un sujeto fue llenado de pintura en aerosol, mientras que otro fue golpeado con una roca.
En la vanguardia, las mujeres que protestan por los feminicidios y la violencia contra las mujeres en la Ciudad de México y en el país mantuvieron el paso hacia el Zócalo de la capital de la República sin darse cuenta incluso de lo que sucedió a sus espaldas.
Hasta el momento no hay reportes de personas heridas ni tampoco detenidas.
Fuimos todas, fuimos todas
“Fuimos todas, fuimos todas”, gritaron los contingentes cuando se escuchó que el vidrio de un espectacular frente a Reforma 222 fue roto y personal de protección civil corrió al lugar.
Antes de llegar al Monumento a Cuitláhuac y en el lugar se arrojó –cerca de la barricada de policías y mujeres encapuchadas vestidas de negro– una sustancia que causó que los contingentes tosieran y les ardieran los ojos. “La policía no me cuida, me cuidan mis amigas”, gritaron algunas.
“¡Ya nos golpearon, ella está llorando!”, dijo gritando una de las manifestantes a su amiga, luego de que un grupo de policías trataron de impedirles el paso.
Con un megáfono, una mujer policía pidió: no incitar a la violencia.
“Si así nos cuidaran”, respondió una mujer de unos 40 años que caminaba acomodada de una joven de cerca de 16, ambas con un pañuelo verde en el cuello, el color característico de la lucha por el derecho al aborto legal, libre y seguro en América Latina.
También en el centro histórico
La violencia continuó en el trayecto al Centro Histórico.
Las policías, con sus chalecos verdes y escudos, corrían cada ciertos metros para alcanzar a las manifestantes. Unas iban de la mano para evitar que rompan su cerco.
También lanzaron gases y la marcha se dispersó al llegar a la calle 5 de mayo, donde fue desviada porque policías cerraron la calle de Madero.
Del otro lado de la protesta, otras manifestantes, desde la banqueta y atrás de las policías, gritaron: “¡Arriba las mujeres, arriba las mujeres!”.
La policía cerró el acceso al Zócalo para dar paso sólo a las manifestantes que se mantuvieron en la vanguardia y que, desde el corazón de la Ciudad de México, dirigieron sus protestas a las autoridades federales y locales.
Lanzaron gases y la marcha se dispersó al llegar a la calle 5 de mayo, donde fue desviada porque policías cerraron Madero.
Gritos de protesta en el zócalo
La marcha llegó a la plancha del Zócalo minutos antes de las 19:00 horas. Fernanda y Karla, de 24 y 26 años, avanzaron entre dos colectivos más grandes que se separaron. Es la primera marcha en la que participan.
Fernanda dijo que el miedo la motivó a ir. “No es justo que vivamos así,
. Yo creo que muchas vienen porque están enojadas”, dijo.
Para ellas, el que la policía esté en la protesta hace sentir más seguras. “Para como estamos, hay que tomar todo lo que nos den”.
La primera mujer en denunciar con un micrófono y desde un templete instalado frente a Palacio Nacional fue Luz María. “Hoy la Secretaria de Gobierno, Olga Sánchez anunció el compromiso del Gobierno por darnos seguridad. En mi caso, los violadores son de la Secretaria de Marina. ¡Quiero ver que hagan justicia!”, exigió.
Otra mujer se identificó como María Carrión. “Mi hermana fue asesinada en una escuela pública, lo encontraron conviviendo con su cuerpo, lo proceserarón, pero por narcomenudeo. La Fiscalía no puede actuar de esta forma tan estúpida”, expuso.
Siguió una mujer con la cara cubierta. “Nos quieren con hambre, nos quieren con miedo, domesticadas, separadas, cuando no, asesinadas. Por una justicia que no sea patriarcal ni capitalista”, gritó leyendo.
Para varias de las manifestantes, nada ha cambiado con la administración morenista que está a días de cumplir un año. “En el Gobierno de la cuarta trasnformación no vemos que las cosas mejoren, la violencia de género aumentó”, aseguró una joven desde el templete.
Otra exigencia fue la de legalizar en todo el país el derecho de las mujeres a abortar de forma segura. “Libertad a las presas por abortar”, reclamaron.
El “fuimos todas” regresó cuando la bandera que decía “México feminicida” fue quemada frente a las que se manifestaban con el micrófono. El fuego fue apagado por las mismas encapuchas que segundos antes le prendieron fuego.
En su turno, una representante de la Asamblea Constituyente de Mujeres de la Ciudad de México reconoció que ha habido vidrios rotos, pero el daño no se compara con las mujeres que han sido asesinadas.
Recordó que en los últimos meses estudiantes de diversas universidades públicas de la capital han exigido la erradicación de la violencia de género. Una muestra de que las denuncias en ese sentido siguen la da una pinta en el suelo”. “UNAM feminicida”, se lee, y es que ahí todavía pesan el feminicidio de Lesvy Berlín Rivera Osorio, cometido en 2017, y el asiento de Aidee, quien recibió un disparo cuando tomaba clases el año pasado en el Colegio de Ciencias y Humanidades plantel.
Mientras más mujeres tomaron la palabra para denunciar diversos actos de violencia, otras colocaron mantas y velas junto a flores en el suelo. “Las velas son como una ofrenda, para recordar a las que fueron asesinadas, desaparecidas”, explicó Isabel, de 33 años, mientras acompañaba uno de esos altares improvisados
“AMLO, dijiste que gobernarías para todos, pero todo sigue igual”, reclamó una de las mujeres que tomó el micrófono. Isabel coincidió, dijo que se pueden decir muchas cosas “cuando en la realidad esas promesas no se cumplen”.
Puso como ejemplo el anuncio de hace unos días de la mandataria Sheinbaum Pardo sobre solicitar la Aleta de Violencia de Género -un mecanismo de emergencia que la Secretaria de Gobernación debe aprobar y que obliga a los gobiernos a reforzar sus mecanismos para garantizar seguridad a las niñas y mujeres.
De Chile también se escucharon consignas. “Ahora que protestamos, el Gobierno chileno responde con violencia sexual”, dijo una de las mujeres que junto a un grupo de otras con el torso desnudo y aseguró, “el Estado en Chile es igual que el de México, feminicida”.
Una de ellas se bajó el pantalón y se dirigió a los hombres. “Esto es un cuerpo y la última vez que ustedes vea uno y lo sexualicen, lo cosifiquen, quiero que se acuerden de esto, que nos violentan”.