La falta de higiene menstrual afecta la autoestima de las mujeres
Mujeres reclusas hacen toallas sanitarias con calcetines, trapos y pedazos de tela ante la falta de toallas sanitarias o tampones en el reclusorio. En México el derecho a la higiene menstrual para las reclusas parece nulo o escaso.
Según los testimonios recuperados en diversas entrevistas por parte de El Universal, las autoridades no otorgan insumos para la higiene menstrual de las reclusas. Por tanto, éstas, en mayor o menor medida, dependen de los recursos como toallas o tampones que sus familiares les otorgan durante las visitas.
Organizaciones internacionales como Human Rights Watch y Wash United señalan que la higiene menstrual es un derecho humano, por lo que garantizarlo mantiene la equidad de género dentro de los penales.
“Cuando las mujeres y niñas no pueden manejar su higiene menstrual, puede afectar negativamente su derecho a la educación, al trabajo y a la salud, expresa la guía Entendiendo la higiene menstrual y los derechos humanos, de ambas organizaciones”. (Vía: El universal)
Inclusive el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (UNICEF) señala en su guía Manejo de la Higiene Menstrual la importancia de los cuidados que adolescentes y mujeres deben tender durante su menstruación.
En este manual señalan la importancia de tener herramientas de limpieza como agua, jabón, toallas sanitarias y tampones. Asimismo, puntualizan que las mujeres deben tener acceso a un lugar privado y seguro para asearse.
Sin embargo, en las cárceles mexicanas existe poca información sobre el derecho a la higiene menstrual. La Secretaría se Salud (SSA) informó que no tienen registros sobre compras de toallas sanitarias o tampones para las reclusas en las cárceles femeninas.
Esta situación pude verse en diferentes penales de la República Mexicana, las reclusas aseguran que consiguen las toallas sanitarias o tampones por sus propios medios. Inclusive algunas improvisan toallas sanitarias y tampones con calcetines, pedazos de tela y sus ropas.
No sólo se trata de la falta del material de higiene, pues en ocasiones en algunos penales se hacen cortes de agua, por tanto, las presas no pueden asearse.
“Me ha tocado estar en mis días en Cieneguillas y que se vaya el agua, y aunque sea unas horas, es complicado, porque te frustras y piensas: ‘¿Qué hago?, entonces me aíslo, porque huelo mal y todas esas cosas”. (Vía: El Universal)
Medios aseguran que a pesar de no otorgar material para la higiene menstrual, las autoridades encargadas de Cieneguillas explican que obtuvieron la una certificación de la Asociación Americana de Prisiones (ACA).
Las reclusas que no improvisan toallas mediante calcetines o ropa, llegan a recibir algunas donaciones realizadas por grupos religiosos, sin embargo, en caso de no hacerlo las presas suelen enfrentarse a su periodo menstrual sin ninguna herramienta.
Esto desemboca en aislamiento, frustración e inclusive afecta su autoestima:
“(En mi periodo) me la pasaba encerrada, porque pensaba: ‘No, se me nota mucho el trapo’. Una vez estaba en clase de zumba y me avisaron que estaba manchada, y aunque éramos puras mujeres, me dio pena, entonces me puse la playera hasta abajo, me fui y ya no regrese a la clase. Es algo muy incómodo”, relata la mujer de 34 años”.
Si la higiene menstrual es un derecho ¿cuándo podrán todas la mujeres ejercerlo?