En total fueron 812 llamadas alertando sobre casos de violencia de género; en febrero habían sido 409 y en enero 194.
La Línea Mujeres de Locatel de la Ciudad de México recibió en marzo pasado una cantidad inusual de llamadas por violencia de género: cuatro veces más que el promedio mensual de los últimos años.
En total fueron 812 llamadas catalogadas con la temática “violencia de género”. Es el doble de las 409 que se recibieron en febrero, lo cual ya duplicaba las 194 de enero.
Durante 2019 y 2018, el promedio de llamadas mensuales por esta causa había sido de 210 y 208, y un año antes, de 149, por lo que este 2020 está rompiendo muy por arriba la estadística.
La Agencia Digital del gobierno de la Ciudad de México hizo pública esta base de datos abiertos y la estará actualizando semana a semana a partir del 6 de abril, para que se pueda analizar si se incrementa la violencia doméstica antes y después de la contingencia sanitaria por COVID-19.
Diversas autoridades y organismos nacionales e internacionales han advertido que así será —como el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y la ONU—, y los primeros indicios, como este récord de llamadas, lo confirman. La semana pasada ya el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Cdmx, que también tiene una línea de emergencia, advirtió que había recibido 65 llamadas de violencia familiar, 33% más que en febrero, y nueve de ellas incluían una agresión con arma blanca.
Los datos arrojan que la alcaldía con más violencia de género en el año y en particular en marzo fue Iztapalapa, de donde salieron 110 llamadas el mes pasado. Desagregado por colonia, se puede ver que las que más tuvieron, arriba de 5 llamadas cada una, fueron Desarrollo Urbano Quetzalcóatl, José López Portillo y San Miguel .
A Iztapalapa, que es también la alcaldía más poblada, le siguieron la Gustavo A. Madero, con 71 llamadas; la Cuauhtémoc, 54; y Tlalpan y Coyoacán, con 46 cada una. Este orden coincide con lo que ha ocurrido años pasados.
De los municipios metropolitanos del Estado de México, de donde también se reciben llamadas, encabeza la lista Nezahualcóyotl, con 29, y Ecatepec con 25.
No solo las llamadas a Locatel por violencia de género tuvieron su máximo en marzo, sino todas las que tienen que ver con violencia en la familia y pareja.
Clasificadas como “violencia familiar” se recibieron 460 llamadas, 3% más que en febrero y 45% más que el promedio del año pasado. Por “violencia en la pareja” fueron 163, 15% más que el mes anterior y 111% más que el promedio de 2019. Y de “violencia en el noviazgo” han tenido 14, que está dentro de los parámetros mensuales.
Nuevamente, Iztapalapa, la Gustavo a Madero y Tlalpan encabezan la lista.
En total, de estas cuatro categorías se recibieron en marzo mil 449 llamadas, cuando el promedio mensual de 2019 había sido de 617, menos de la mitad.
Además, hay también un aumento de reportes por “violencia infantil”: fueron 91 el mes pasado, 5% más que en febrero y 28% arriba del promedio.
A nivel federal aún no hay cifras actualizadas de llamadas de emergencia por violencia familiar al 911, ya que se hacen públicas hasta el día 25 de cada mes.
En el primer bimestre del año hubo mil 756, lo cual implica un aumento de 7%. Pero la organización Causa en Común alertó el pasado martes que solo un tercio de esas llamadas se convierten en investigaciones ante Ministerios Públicos.
“Ante la grave situación a la que se enfrenta la seguridad de muchas mujeres y familias en el marco del distanciamiento social que vive el país, el organismo lanza un llamado urgente a mejorar los protocolos y la capacitación del personal que atiende estos casos por medio del 911, exige se abran todas las investigaciones correspondientes y no solo un tercio de ellas, actualizar los protocolos de atención a las víctimas y dar seguimiento puntual a todas las denuncias”, señaló. Causa en Común detectó que los 5 mil 600 operadores del 911 trabajan turnos de 12 y 24 horas, en los que reciben en promedio 10 llamadas por minuto, sin un mínimo obligatorio de horas de capacitación para atender a mujeres víctimas de violencia, sino que lo hacen con un protocolo creado en 2016 y que, según su análisis, tiene grandes carencias.