A igual trabajo, en la misma empresa y con idéntica formación y experiencia, ellas ganan un 7% menos.
¿Ganan menos las mujeres españolas porque trabajan en empleos menos remunerados? No, porque en idéntico puesto e idéntica empresa, su salario es de media un siete por ciento inferior. Entonces, ¿por qué ganan menos las mujeres? Esa es la pregunta que Hipólito Simón, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Alicante trata de responder.
Para ello, ha realizado un exhaustivo estudio que utiliza la mayor base de datos existente en España en este campo: la Encuesta de Estructura Salarial, con información proveniente de más de 200.000 trabajadores. Una de las respuestas que esos datos descartan es la influencia determinante de una hipotética menor calificación femenina, porque de ellos se desprende que la brecha salarial es menor en los empleos que requieren menos formación, es decir, que las mujeres más calificadas son las más discriminadas salarialmente.
Esto es así incluso en los países del norte de Europa, los que más eficazmente están luchando para solucionar el problema, gracias “a sus generosas políticas de apoyo a la familia”, que han logrado limitar mucho la discriminación salarial, pero con menos éxito en los niveles más altos. Según el profesor alicantino, esto confirma la existencia de “un techo de cristal en las empresas”, que impide al menos frena el progreso de profesionales muy preparadas a la hora de ejercer puestos directivos.
Otra de las explicaciones que el estudio echa por tierra hace referencia a la diferencia en el tipo de empleos. “Es cierto que las tendencias a la hora de escoger una especialidad laboral pueden marcar una parte de la diferencia”, explica Simón, “porque, al contrario que los hombres, las mujeres prefieren con claridad unas carreras sobre otras, y escogen con más frecuencia trabajos relacionados con la educación o la sanidad y optan menos por campos como la ingeniería, pero los datos demuestran que dentro de la misma empresa, con idéntico puesto, igual formación y experiencia, las mujeres españolas ganan un siete por ciento menos que los varones”.
Discriminación pura y dura. ¿Cómo se explica? Por un lado, los datos evidencian que la hora y media de más que la mujer española con hijos dedica a las tareas del hogar respecto al hombre, se corresponde exactamente con la hora y media de menos que dedica al trabajo remunerado. Pero además, diversos autores apuntan, explica Simón, “que la mujer tiende a ser menos agresiva en la negociación, menos proclive a reclamar un aumento salarial”. Quizá porque “ellas tienen mayor aversión al riesgo, lo que tiende a hacerlas menos competitivas dentro de la empresa”.
El estudio de Hipólito Simón se ha presentado esta mañana dentro del I Foro de Investigación de Estudios de Género organizado por la Universidad de Alicante, en el que una veintena de expertos analizan la igualdad de género en el mundo empresarial. Entre los aspectos más relevantes que contiene el informe, figura el incremento de cuatro puntos que experimentó la brecha salarial en España en los años más duros de la crisis, pasando del 16% al 20% en apenas cuatro años, lo que sitúa a nuestro país un 4% por encima de la media de la OCDE. Un aspecto preocupante, a juicio del profesor Simón, “es que aunque la tendencia general es que la brecha se reduzca a medida que los niveles de formación y acceso al mercado laboral se equiparan”, las cifras de países avanzados como Estados Unidos indican que “el fenómeno presenta síntomas de agotamiento”, porque las diferencias se han estabilizado en los últimos años.
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